¿Qué desafíos enfrentan las madres en su vida profesional? ¿Cómo pueden compatibilizar la esfera personal con el trabajo? ¿Cuál es la importancia de compartir las responsabilidades con la familia?
Estas fueron algunas de las temáticas que compartió la Lic. Silvina Prekajac —autora del libro “Estoy embarazada ¿Cómo sigue mi carrera profesional?” (Penguin Libros)— quien visitó la materia Mujer y Liderazgo, de las carreras Contador Público y Licenciatura en Gerencia y Administración de la Universidad ORT Uruguay.
Silvina Prekajac es Licenciada en Comercialización y Administración de Empresas (UADE), tiene un postgrado en Management de la IAE Business School de la Universidad Austral y es mentora acreditada por la Red Global de Mentores. Es directora fundadora de Giving Birth, consultora de maternity mentoring de Argentina.
Giving Birth trabaja en conjunto con las áreas de recursos humanos, ayudando a los futuros y actuales padres y madres a conciliar familia y trabajo. A su vez, colabora en la construcción de organizaciones centradas en las personas, con el aporte a resultados que esto conlleva.
Los desafíos de la madre profesional
La experta señaló que, en muchas ocasiones, las mujeres que desean ser madres postergan ese deseo para cuando llegue “la situación ideal”: cuando estén en un mejor momento personal o profesional.
“Está perfecto buscar el ideal, porque nos moviliza, pero lo ideal también es enemigo de lo posible. En lugar de postergar un deseo, ¿por qué no tratamos de compatibilizar ambas esferas?”.
“Las madres enfrentan diversos desafíos. En este sentido, la oportunidad de trabajar tanto con la mujer como con su entorno profesional se vuelve un fundamental para que la maternidad y la carrera puedan potenciarse mutuamente”.
Prekajac contó que cuando ella comenzó a ser madre se vio enfrentada a la situación de que, si iba a ciertas reuniones, perdía tiempo que precisaba pasar con su hija. En cambio, si se quedaba con su hija, sentía que después quedaba por fuera de conversaciones importantes del trabajo.
“Muchos de los procesos prepandemia necesitaban una revisión urgente. Ahora tenemos, con el modelo híbrido, tenemos una oportunidad única que viene para quedarse: hacer uso de la flexibilidad que conlleva, pero sin perder esos espacios de toma de decisión, visibilidad y networking fundamentales para el crecimiento profesional, sumados también a afianzar el trabajo por objetivos independientemente de cómo se administren las horas para entregarlos”.
“Otro punto no menor con el que cargan muchas mujeres es la absorción de la mayoría de las tareas de cuidado del hogar y de la familia. En un entorno híbrido, puede ser un retroceso aún mayor: si la mujer trabaja desde su casa, pero se hace cargo de gran parte de las tareas no remuneradas, el tiempo que puede dedicarle a su trabajo remunerado se ve impactado negativamente, con lo que es otro de los ejes a trabajar más aún en el contexto actual”.
Los acuerdos con una misma
Prekajac señaló que, para tener un buen equilibrio entre la vida personal y la profesional, es necesario establecer prioridades y tener claro el propósito.
Para la experta, a la palabra “ambición” se le da muchas veces una connotación negativa cuando en realidad es muy positiva. Es necesario que las madres que se plantean seguir creciendo en sus carreras, al mismo tiempo que buscan tiempo de calidad con sus familias y con ellas mismas, sepan “para qué y por qué hacen lo que hacen”.
En cuanto a las tareas de la casa, dijo que la corresponsabilidad con la familia es fundamental. “Necesitamos armar equipos para tener tiempo de calidad”.
“Es importante, además, hacer acuerdos con una misma para después hacer acuerdos con otros: para que la corresponsabilidad sea un hecho, para que la maternidad pueda ir de la mano con el trabajo”.
Es también necesario “ser estratégicas, ver dónde nos conviene estar”, gestionando la culpa que eso puede conllevar. Es decir, evaluar si hay tareas y reuniones que pueden ser delegadas o no realizarse. Asimismo, es fundamental “poner límites para poder pasar tiempo con nosotras mismas y con nuestras familias”.
“Las decisiones son imperfectas. Cuando decimos que sí, al mismo tiempo estamos diciendo que no. Es una negociación continua. ¿En dónde vas a poner el foco? ¿En la culpa porque ‘todo no se puede’ o en la libertad de todo aquello que sí podés, al momento de buscar conjugar maternidad y desarrollo profesional?”.
Soñar en grande para que los sueños se concreten
Por último, la experta destacó que, cuando las madres logran un equilibrio entre su vida personal y profesional, son un ejemplo. Lo son tanto para quienes las siguen en su vida personal (sus hijos) como en la profesional. Por eso, les recomendó que se pregunten qué tipo de líderes quieren ser.
“Las invito a ser agentes de cambio para que la maternidad deje de ser una barrera, para que quienes son o desean ser madres puedan llevar a cabo la carrera que cada una elija”, concluyó. “Sueñen en grande y busquen hacer lo propio para que esos sueños se concreten”.