17 ago. 2012
No le complica. Valentin Maury, un estudiante francés que estuvo un año de intercambio en Uruguay, tiene visión reducida; un problema genético que lo obliga a andar con bastón, pero no le complica. Entre el segundo semestre de 2011 y el primero de 2012 corrió carreras de hasta 21 kilómetros, fue a fiestas, estuvo de novio, se tiró en paracaídas, siguió a Peñarol y fue de viaje a Ushuaia y a Iguazú con su hermano gemelo Aurélien, también de visión reducida. Montevideo, dice, no tiene la infraestructura que necesitan las personas ciegas o de baja visión, pero eso se compensa con la generosidad de las personas.