¿Pero qué tanto y qué implica? En realidad, ¿cuánto creció el e-commerce durante la pandemia y qué está sucediendo en Uruguay?
El crecimiento del e-commerce en la pandemia
Aunque el sector de los negocios digitales supo acostumbrarnos a un desarrollo vertiginoso, con empresas unicornio y crecimientos exponenciales que ocurren en lapsos sorprendentemente breves, lo que ha sucedido con la pandemia y el e-commerce en 2020 ha marcado un auténtico hito.
El hecho de que aún en medio de una desaceleración de la actividad económica a nivel mundial, según especialistas, el e-commerce en 2020 haya crecido lo que en condiciones previsibles le llevaría entre cuatro y hasta seis años crecer, da cuenta de esa expansión.
La toma de medidas de restricciones a la movilidad para frenar el avance de la COVID-19, adoptadas por múltiples gobiernos, fue un factor determinante. Estas intervenciones, necesarias para proteger la salud pública, han mitigado la actividad económica en la gran mayoría de los sectores y en la amplia mayoría de los países.
La producción, la distribución y el consumo se vieron seriamente afectados, con un impacto más sensible entre los países menos preparados para enfrentar las crisis desencadenadas por la pandemia. Y, sin embargo, el e-commerce no hizo más que crecer.
La COVID-19 en los negocios digitales
Según las cifras del informe COVID-19 and e-commerce: a global review (2021), de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD, por sus siglas en inglés), sobre el impacto de la pandemia en el comercio electrónico, el producto interno bruto (PIB) mundial disminuyó un 4,3 % en 2020. El comercio de bienes, mientras tanto, cayó un 9 %. Y el comercio de servicios descendió en un 15 %.
Sin embargo, la participación del e-commerce en el sector minorista mundial aumentó del 14 % al 16 % entre 2018 y 2019 y, de acuerdo al informe preliminar Estimates of global e-commerce 2019 and preliminary assessment of covid-19 impact on online retail 2020, un estimado del 16 % al 19 % entre 2019 y 2020.
Este informe, presentado por la UNCTAD durante una instancia de debate en torno a cómo medir el comercio electrónico y la economía digital en el mundo, estima que las ventas minoristas online crecieron de forma notable en varios países.
Especialmente en mercados como el de la República de Corea, que registró el mayor porcentaje, alcanzando un 20,8 % en 2019 y un 25,9 % en 2020. Tras la península asiática, el Reino Unido, China, Estados Unidos, Australia y Japón fueron, en dicho orden, los países que más crecieron en el ámbito del comercio electrónico y los negocios digitales.
Según consigna otro informe de la UNCTAD, COVID-19 and E-commerce : findings from a survey of online consumers in 9 countries, sectores como los del teletrabajo, la educación a distancia, las conferencias online, los videojuegos y el entretenimiento en línea crecieron notablemente, experimentando una aceleración o consolidación en su transformación digital.
Por otra parte, de acuerdo a las estimaciones de la UNCTAD, las ventas del e-commerce en 2019 en todo el mundo alcanzaron los 26,7 billones de dólares, aumentando un 4 % en relación con el anterior período. Esta cifra, además, representó el 30 % del PIB mundial en 2019.
El informe de la UNCTAD especifica que las estadísticas gubernamentales de empresa a empresa (B2B) y de empresa a consumidor (B2C) tienen un retraso mayor a un año en su divulgación, por lo que los datos de 2020 no estaban disponibles durante su elaboración.
Asimismo, con miras a realizar una evaluación preliminar del impacto del COVID-19 en el e-commerce, se basa en los datos sobre ventas minoristas en línea de países seleccionados y de informes anuales para 2020 de las principales empresas de comercio electrónico B2C a nivel global.
En tanto, en el referido COVID-19 and e-commerce: a global review se señala que la pandemia no solo condujo a un mayor uso de los medios digitales que impulsó la actividad económica en la red, sino que también ha reforzado la importancia de superar las barreras del comercio electrónico.
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Un impacto de desigualdad
Al analizar los números de las 13 empresas más importantes del comercio electrónico orientadas al consumidor (B2C), 11 de las cuales son chinas o estadounidenses, el estudio encontró resultados desiguales.
Se observan resultados totalmente dispares para las empresas de plataformas que brindan servicios de turismo y de transporte privado, con intensas caídas en su valor bruto de mercancías (VBM).
La compañía Expedia, por ejemplo, cayó del quinto lugar en 2019 al undécimo en 2020. Booking Holdings, mientras tanto, pasó del sexto al duodécimo lugar y Airbnb, que lanzó su oferta pública de venta en 2020, del undécimo al decimotercero.
No obstante, el VBM de las trece empresas del sector aumentó un 20,5 % en 2020, con ganancias particularmente grandes para Shopify (95,6 %) y Walmart (72,4 %). El VBM del B2C total de las 13 principales empresas se situó en 2,9 mil millones de dólares en 2020. Los tres países con más ventas electrónicas siguen siendo China, Estados Unidos y el Reino Unido.
Uno de los mayores desafíos que surgen a partir del efecto que la pandemia ha tenido en el e-commerce es justamente este, indica el informe, que las empresas más beneficiadas han sido las que ya estaban consolidadas, las que ya dominaban el mercado.
De hecho, la gran mayoría de las soluciones digitales que se utilizan para el comercio electrónico, el teletrabajo y el trabajo en la nube, son proporcionadas por un reducido número de empresas muy grandes (chinas y estadounidenses), concentrando aún más poder.
Si bien los minoristas que lograron la transformación digital a tiempo han ganado varios puntos a su favor, su presencia en el mercado sigue siendo eclipsada por los gigantes digitales y sus flamantes formas de monopolización, afianzando sus predominancias durante la pandemia y ampliando aún más las brechas.
En este sentido, Torbjörn Fredriksson, MSc en Economía Internacional por la Stockholm School of Economics y jefe de la Sección de Políticas de TIC de la UNCTAD a cargo del equipo de investigación que desarrolló el informe, señala:
"El riesgo es que las enormes brechas digitales, que ya existían entre los países y dentro de ellos, solo empeoren a raíz de la pandemia. (...) El resultado serán desigualdades aún más profundas, que amenazarían con descarrilar el progreso hacia los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU”.
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Efectos de la pandemia en el e-commerce a largo plazo
Según indica el informe, la tendencia acelerada hacia estos tipos de negocios digitales y esta forma de comercialización posiblemente se mantendrá durante la recuperación, siendo probable que las plataformas de comercio electrónico retengan muchas de las ganancias que han obtenido por su participación en el mercado.
En este sentido, más del 50 % de quienes fueron consultados acerca de la posibilidad de continuar con el comercio electrónico en un escenario pospandémico, consumidores asiduos de nueve países altamente competitivos que participaron de las investigaciones de las que parte el informe de UNCTAD, aseguraron que seguirán comprando por Internet una vez termine la pandemia, e incluso más.
De acuerdo a las cifras del reporte The state of e-commerce 2021, de las consultoras norteamericanas Kantar y Catalyst, en el primer trimestre de 2021 el gasto creció cinco veces más, impulsado especialmente por las compras relacionadas con el cuidado personal y los lácteos.
En efecto, las oportunidades y los desafíos que nacen de este boom del e-commerce son múltiples.
Lograr un mejor acceso a los mercados de bienes y servicios a nivel global, una participación más amplia en el comercio minorista online y avanzar unos cuantos lugares en el camino hacia la transformación digital, son algunas de las oportunidades propiciadas por este contexto.
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A este respecto, Shamika N. Sirimanne, PhD en economía y directora de la División de Tecnología y Logística de la UNCTAD, afirma que en gran medida la pandemia ha acelerado la transformación digital de diversos sectores, ha hecho que las soluciones digitales sean más necesarias que nunca para continuar con el desarrollo de muchas de las actividades económicas y sociales en forma remota y también ha potenciado el crecimiento del comercio electrónico en los países en desarrollo, con implicaciones a largo plazo.
Sin embargo, a menos que estos factores sean abordados en forma adecuada, justa y equitativa, es probable que las brechas digitales existentes den paso a desigualdades aún mayores.
En este sentido, el informe enfatiza en que los países que logren capitalizar el potencial del e-commerce tendrán una mejor posición para beneficiarse al intervenir en los mercados globales con sus bienes y servicios, en una economía en expansión y en proceso de digitalización, mientras que los países que no logren aprovecharlo, se quedarán atrás.
Y en muchos de los países menos desarrollados del mundo, debido a la falta de infraestructura, habilidades digitales y confianza en el comercio electrónico, ni consumidores ni empresas han logrado capitalizar las oportunidades de comercio electrónico inducidas por la pandemia debido a la persistencia de las barreras y los desafíos que enfrentan.
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Los desafíos del estallido del e-commerce
El informe destaca que la economía digital y el comercio electrónico tienen un papel cada vez más preponderante entre los esfuerzos de la comunidad internacional por alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas, aportando tanto nuevas oportunidades como nuevos desafíos.
Entre estos últimos está, por ejemplo, el de la toma de decisiones ante brechas digitales que continúan extendiéndose con una mayor desigualdad de ingresos, la pérdida de puestos de trabajo frente a la automatización y la vulnerabilidad de consumidores que temen la falta de protección, la pérdida de la privacidad de la información y los ciberataques.
A este respecto, el informe propone superar las barreras que hoy existen mediante la preparación digital de las naciones, así como garantizar un entorno propicio para el comercio electrónico a través de una visión multidisciplinaria, un enfoque holístico que ponga en diálogo a diferentes partes interesadas en la totalidad de la cadena de valor.
Estos enfoques deben incluir, entre otras cosas, evaluaciones de preparación para el desarrollo del comercio electrónico y la formulación de estrategias comerciales, infraestructura y servicios de tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC), financiamiento para el sector del comercio electrónico, desarrollo de habilidades digitales y competencias en esta clase de comercialización y empoderamiento de los empresarios en los países en desarrollo.
Para el abordaje de los desafíos, desde el informe de la UNCTAD también se recomienda que los gobiernos apoyen estos enfoques a través de una recopilación sistemática de datos y la evaluación del efecto provocado por las políticas y prácticas comerciales, la identificación de brechas que requieran una intervención y el desarrollo de estrategias de comercio electrónico que se integren en un desarrollo nacional más amplio.
Fomentar asociaciones público-privadas (APP) para aumentar la conciencia y la confianza en el comercio electrónico entre consumidores y comerciantes, así como fortalecer los diálogos interministeriales y de las partes interesadas para lograr una coordinación eficaz, también es necesario para romper las brechas que hoy existen.
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La pandemia en el e-commerce de Uruguay
En Uruguay, sin embargo, la situación es diferente, en tanto el país no presenta ninguna de las dificultades que detienen o enlentecen el desarrollo del e-commerce. De hecho, más bien todo lo contrario.
Es que Uruguay cuenta con una sólida base para el desarrollo del comercio electrónico, encontrándose a la cabeza en América Latina y el Caribe en cuanto a acceso a Internet de Banda Ancha Fija, calidad de conexión y velocidad de descarga. En cuanto a gobierno digital, mientras tanto, en todo el continente solo es superado por Estados Unidos.
Según la Cámara de la Economía Digital de Uruguay (CEDU), muchas empresas uruguayas experimentaron un crecimiento de entre cinco y diez veces en las ventas de su canal online, alcanzando resultados que, de otra forma, estaban previstos para el 2023.
A comienzos del 2020, el 97 % de todos los hogares uruguayos tenía algún dispositivo para conectarse a Internet, destacando el empleo de smartphones (88 % de las conexiones). En tanto, de acuerdo a las últimas cifras del Banco Central, en 2020 y por primera vez, los pagos electrónicos superaron al efectivo y al cheque en Uruguay.
Estos pagos electrónicos incluyen los realizados con tarjetas de débito, dinero electrónico, transferencias, pagos en línea, apps y débitos automáticos, e implican que de cada $ 100 (pesos uruguayos) pagados, $ 61 se hayan realizado a través de una vía electrónica y $ 39 por la vía tradicional, cuando a finales de 2019 eran $ 50 y $ 50, respectivamente.
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Según cifras de la CEDU, la participación del comercio electrónico en el total de las ventas del retail en Uruguay estaba oscilando entre el 5 % y 10 %. Sin embargo, en 2020 las ventas por Internet superaron las registradas en 2019 en un 81 %. Y en lo que va de 2021, mientras tanto, representan el 30 % del total del retail en una tendencia al alza sostenida.
Entre otros indicadores referidos por la CEDU en relación con el crecimiento del e-commerce durante la pandemia en Uruguay, destaca que el peso de las ventas online (40 %) estuvo a la par de la facturación en las tiendas físicas ubicadas fuera de los shoppings (40 %) y superó con creces a las que se encuentran en centros comerciales (9 %).
Además, el crecimiento sostenido que caracterizó al comercio electrónico en Uruguay en la última década ha provocado que el 100 % de las firmas cuente hoy con su propio sitio web de ventas y que el 55 % cuente con un área específica para el desarrollo del e-commerce en su organización.
De este modo, la pandemia no solo ha impulsado notablemente al e-commerce en Uruguay, sino que le ha permitido madurar, alcanzar el nivel de desarrollo y competitividad que le faltaba para entrar a un sector en el que países como Brasil, Argentina, México y Chile ya dominaban.
Sin las barreras que truncan el desarrollo del comercio electrónico en el mundo y la región, el desafío para Uruguay está hoy en las soluciones logísticas y operativas, así como en el desarrollo y en las sinergias que puedan establecerse con el sector del marketing y el marketing digital, crucial para el éxito del comercio electrónico.
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