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“Estamos asistiendo a una oleada de odio y violencia”, dijo el embajador de la Unión Europea en Uruguay, Paolo Berizzi, durante la conferencia “La Unión Europea a 30 años de Maastricht: de unión política a geopolítica”. El evento fue organizado por el Departamento de Estudios Internacionales de la Facultad de Administración y Ciencias Sociales de la Universidad ORT Uruguay y tuvo lugar el jueves 9 de junio.
Berizzi es Licenciado en Derecho por la Universidad de Pavía – Italia. Desde setiembre de 2021 es embajador de la Unión Europea en Uruguay; previamente desempeñó el mismo cargo en Paraguay en el periodo 2017 – 2021.
Fundación de la Unión Europea
Berizzi repasó la historia de Europa desde fines de la Segunda Guerra Mundial, cuando las potencias europeas decidieron una unión económica para evitar un nuevo conflicto. El ministro de relaciones exteriores de Francia de la época, Robert Schuman, la definió como un instrumento para mantener la paz.
El tratado firmado en 1992 en la pequeña ciudad holandesa de Maastricht cambió la realidad del Viejo Continente, basándose en tres pilares:
- La comunidad europea: libre circulación de personas, mercaderías, servicios y capitales, y la creación de una auténtica ciudadanía europea.
- La cooperación en ámbitos de justicia y asuntos de interior.
- La política exterior de seguridad común.
En Maastricht surgió la idea del euro, actualmente utilizado en Europa por más de 340 millones de personas. “El euro significa tener una moneda muy fuerte a nivel mundial pero, al mismo tiempo, cada país renuncia a tener su propia política monetaria”, sostuvo Berizzi. Esta renuncia de la soberanía “es un gran atrevimiento, un gran desafío”.
A partir de la UE, Europa adopta medidas comunes para defender su frontera externa. Berizzi entiende que la profundización de las relaciones entre Estados, fortalecidas desde la implementación del acuerdo, es uno de los aspectos más llamativos para los interesados en estudios internacionales.
“No sirve una Unión Europea en la que haya unos países muy ricos y unos muy pobres”, señaló, al contar que se busca un crecimiento equilibrado a través de diferentes instrumentos fiscales. Sin embargo, hay límites para este desarrollo. “El crecimiento económico no debe producirse a expensas del medio ambiente”, opinó.
La institucionalidad de la Unión Europea
A tres décadas del Tratado de Maastricht, “es posible decir que fue muy ambicioso”, dijo Berizzi. Actualmente, 60 mil personas provenientes de 27 países distintos trabajan para la UE. “Lo que distingue a la Unión Europea de cualquier otra organización es su enorme institucionalidad”, expresó.
“Entre el 60 % y el 80 % de las decisiones que toman los jefes de Estado europeos están vinculados a esta unión política”, dijo y sostuvo que la UE está en una constante evolución. “Ha ido aplicando gradualmente cambios políticos e institucionales pensados para mejorar su capacidad de afrontar futuras emergencias”, apostando a una mayor profundización e institucionalización de la integración, en desmedro del individualismo.
El embajador repasó algunos hitos conflictivos de la historia europea, como la crisis económica de 2009, la crisis migratoria de 2015 que obligó a tomar medidas de lucha contra la trata de personas, y el reciente Brexit. “El Brexit se basó en una campaña horrible de desinformación”, recordó y dijo que la cohesión y convicción de los Estados miembros impidió que se produjera una ola de escisiones del bloque.
El trabajo en la Unión Europea y la vida después de la pandemia
“Como Uruguay, la Unión Europea envejece mucho”, dijo. “En unos años, no habrá cómo pagar nuestro sistema de pensiones. Hay países que necesitan trabajadores jóvenes que no tenemos. Es un poco impopular decirlo, pero vamos a necesitar inmigración de personal joven, que pueda insertarse en el mundo del trabajo”.
“La pandemia provocó un espíritu solidario, un plan de recuperación para Europa y el multilateralismo”. Según el embajador, Europa prevé una recuperación distinta, más verde y digital, con la premisa de no emplear la deuda asumida a partir de la pandemia, para financiar acciones que lleven nuevamente al estado pre-pandémico.
En consecuencia, la UE adoptó medidas como crear una reserva de equipos médicos y articular acciones de cobertura médica entre países. “Se trabajó en reforzar la capacidad de la Unión para prevenir, detectar y responder rápidamente a las emergencias sanitarias”.
De unión política a geopolítica
“Nadie puede aceptar que las controversias internacionales, en el siglo XXI, se resuelvan con el uso de la fuerza. Es un retroceso terrible”, opinó sobre el conflicto en Ucrania y agregó que “estamos asistiendo a una oleada de odio y violencia, impulsada por Rusia”.
A partir de estos hechos, se consuma la transformación de la Unión Europea de una unión política a una geopolítica. “Hemos impuesto sanciones, como un claro instrumento político de las relaciones con Rusia”, explicó el embajador. Las medidas incluyen penas económicas a distintos sectores productivos rusos, bloqueos y, por primera vez, el empleo de parte del presupuesto europeo en compra de armamento que se entregó a Ucrania.
Todo esto generó un debate sobre la unanimidad de las decisiones europeas. Actualmente, las políticas de seguridad deben ser aprobadas por todos los Estados miembros, pudiendo ser vetadas por cualquiera de ellos.
La Unión Europea y América Latina
Finalmente, Berizzi se refirió a la relación entre Europa y América Latina. “Los activos de este supercontinente que es el Cono Sur se deben proteger” dijo y sostuvo que la intención europea es colaborar con un desarrollo sostenible de la economía. Los países latinoamericanos comparten intereses con los europeos, especialmente en temas relacionados a Derechos Humanos.
Asimismo, Berizzi opinó que Uruguay se destaca por el nivel de su democracia y resaltó el número de inversiones europeas en el país, que representan el 40 % de las inversiones en el territorio.