Artículo escrito por Pablo Pesce
Durante años, la industria de la hospitalidad operó bajo una lógica bastante clara: buena ubicación, calidad del producto y nivel de servicio. Y durante mucho tiempo, eso alcanzó.
Hoy las expectativas en el turismo han cambiado: los viajeros no buscan solamente alojamiento, sino experiencias auténticas y sostenibles.
Del producto al propósito en la industria hotelera
Cada vez hay más demanda por propuestas que dejen huella, tanto emocional como cultural. Proyectos que, además de brindar confort, expresen un compromiso real con su entorno natural, social y humano.
En este contexto, las compañías que logran mayor tracción en los mercados de alto valor no son necesariamente las más lujosas, sino las más coherentes. Son aquellas que conectan su propuesta con un propósito auténtico… y lo sostienen en el tiempo.
Ese propósito no puede quedar en un eslogan de marketing: se tiene que ver en las decisiones de diseño, en las políticas de contratación, en las prácticas sostenibles, en la narrativa del lugar y en la relación con la comunidad.
Así es como surge un nuevo estándar: la hospitalidad con propósito.
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Técnico en Gestión Turística y Hotelera
De la comodidad al impacto: el nuevo mapa de prioridades
Los consumidores —en especial los viajeros de nivel medio-alto y alto— están redefiniendo qué significa “una buena experiencia”.
Ya no basta con ofrecer comodidad. Se espera que las marcas respondan con propuestas que generen impacto y compromiso. Que dejen algo más que recuerdos: que dejen huella.
En la gestión hotelera, la sostenibilidad, la autenticidad y el arraigo local son pilares de un turismo responsable y con propósito.
Los proyectos que marcan la diferencia suelen priorizar:
- el uso de materiales y proveedores locales,
- el desarrollo de talento dentro de la propia comunidad,
- la recuperación de tradiciones culturales y gastronómicas,
- la integración del diseño con el entorno natural,
- la medición real de su impacto (ambiental, económico y social).
El propósito también genera rentabilidad
Una de las creencias más arraigadas —y equivocadas— es que el propósito compite con la rentabilidad.
La evidencia muestra lo contrario: los proyectos con un propósito claro suelen generar mayor lealtad, mejor reputación, más recomendación orgánica y menor rotación de personal. Y todo eso, en definitiva, se traduce en resultados. La clave está en la coherencia.
Cuando un hotel habla de autenticidad, pero ofrece una experiencia genérica, el huésped lo nota enseguida. En cambio, cuando el propósito atraviesa la operación, la narrativa y la experiencia real, el valor percibido se multiplica.
Marcas con conciencia estratégica
La hospitalidad con propósito no es un nicho. Es el nuevo estándar al que evolucionan los proyectos que aspiran a ser relevantes en el futuro. Y requiere mucho más que buenas intenciones: visión de negocio, alineación interna y ejecución profesional.
Las marcas que comprendan esta tendencia a tiempo no solo estarán mejor posicionadas: van a estar mejor preparadas para construir futuro.
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Sobre el autor
Pablo Pesce es director en PP | Consultoría en Hospitalidad y Marketing de Servicios.
Es docente en la Universidad ORT Uruguay, donde se desempeña como coordinador académico de las carreras Analista en Marketing Digital y Comercio Electrónico, Técnico en Gestión Comercial y Ventas y Técnico en Gestión Turística y Hotelera.
Es analista en Marketing por la Universidad ORT Uruguay, técnico superior en Hotelería por la Escuela Superior de Hotelería del Uruguay, tiene un Diplomado en Administración de Empresas de Servicios por la Universidad Adolfo Ibáñez (Chile), cuenta con un Programa Avanzado en Gerencia por University of North Carolina (Estados Unidos) y un Programa en Gestión de Directorios por la Escuela de Posgrados en Negocios de la Universidad ORT Uruguay.