Hace unos 25 años, cuando el Cr. Rodrigo Ribeiro comenzó su carrera profesional, hacía asientos contables a mano. Era la época en la que, como él dice, “los contadores eran los dueños de su mundo”.
Había algunos trabajos que los hacía por computadora, aunque no era lo más común. Luego llegaron los programas informáticos, que obligaron a los contadores a transformar su profesión y a realizar tareas nuevas.
Con la evolución y el desarrollo de nuevas tecnologías a un ritmo acelerado, todos los días se presentan nuevas interrogantes, miedos y desafíos. ¿Desaparecerán los contadores? ¿Las nuevas herramientas tecnológicas realizarán sus actuales tareas? ¿Cómo impacta la tecnología en la profesión? ¿Existen hoy oportunidades para los contadores públicos? ¿Cuál es su rol? ¿Continuará siendo el mismo o cambiará?
Esas fueron algunas de las interrogantes que Ribeiro respondió el 7 de marzo de 2018 en la conferencia “El futuro del Contador Público”, que tuvo lugar en la Facultad de Administración y Ciencias Sociales de la Universidad ORT Uruguay.
Ribeiro, MBA de la Georgia State University, es Chartered Financial Analyst (CFA), socio del Departamento de Consultoría Financiera de KPMG, profesor y catedrático asociado de Finanzas de Empresas de la universidad.
¿Las máquinas sustituirán al hombre?
Inteligencia artificial, almacenamiento en la nube, Bitcoin, redes sociales. “La tecnología va evolucionando, modificando distintos aspectos y eso asusta”, aseguró Ribeiro, quien destacó que las preocupaciones suelen incrementarse por la velocidad de los cambios.
Reconoció que hay tareas que hacen los contadores, que en el futuro seguramente sean realizadas por robots o máquinas. En especial, aquellas monótonas y repetitivas.
Sin embargo, incentivó a los estudiantes a no tener miedo: “La profesión se va transformando por todas las nuevas herramientas que aparecen pero, a la vez, nos va dejando otros lugares desde los que podemos aportar”.
En los últimos años se ha dado un pasaje de lo físico a lo digital. Eso permite, según Ribeiro, aprovechar las herramientas analíticas y estudiar la historia contable de una empresa con mucha más facilidad y con mucha más potencia que si se hiciera de forma manual.
No cree que desaparezca la profesión ni que los robots reemplacen a los contadores. Su razón se basa en que, por ejemplo, si un robot comete un error, rápidamente lo puede repetir en numerosas ocasiones y afectar los procesos. Por ello, considera que el monitoreo de la tecnología será un desafío a futuro.
El cambio: una parte de la profesión
Ribeiro comenzó desempeñándose como auditor y haciendo asesoramientos tributarios. Más adelante, se inclinó hacia las finanzas. Hoy trabaja como consultor. El cambio fue y es parte de su profesión.
Está convencido de que se va a producir una transformación de la universidad, de las empresas, de los negocios y de los propios contadores: “Los procesos que hagamos van a ser más eficientes y eficaces. Nosotros nos vamos a dedicar a otras cosas: a tomar decisiones que aporten más valor, por ejemplo”.
El experto señaló que seguir estudiando va a ser una condición necesaria. Y advirtió a los miembros del auditorio que, cuando se finaliza una carrera universitaria, no se termina el estudio. “Uno tiene que hacerlo durante toda la vida para seguir progresando”, dijo y agregó que incluso a sus 47 años sigue aprendiendo.
La carrera de Contador Público, en sus palabras, brinda una “excelente base” para despegarse hacia los diferentes caminos que existen en el mundo de los negocios: como director de una compañía, responsable de finanzas, de recursos humanos, en el área comercial, o también realizando la administración, contabilidad e impuestos de una empresa.
Dos amenazas o dos oportunidades
Hay varios factores que afectan a la profesión. De todas formas Ribeiro fue optimista y recalcó las oportunidades que toda amenaza puede presentar.
La globalización es la primera de ellas. Negocios cada vez más globales, empresas que eligen cuidadosamente en qué países instalarse y profesionales que, desde cualquier lugar del mundo, pueden llevar la contabilidad de una organización.
Esto puede ser perjudicial o visto como una oportunidad para aquellos que saben de contabilidad, administración e impuestos, para ofrecer sus servicios en el exterior. Para trabajar desde cualquier lugar, en cualquier momento.
El estado regulador es la segunda amenaza. A juicio del experto, en la actualidad, la comunidad le exige cada vez más servicios a los gobiernos. Eso genera que las administraciones estén “cada vez más hambrientas de impuestos”. Sumado a eso, existe una tendencia a regular toda actividad de impacto social.
Pero aseguró que “más regulaciones es más trabajo para los contadores”, ya que los cambios en las normativas provocan que las personas se asesoren con aquellos que saben: con los contadores.
El contador del futuro
No será aquel que haga tareas repetitivas ni un procesador de datos, sino un asesor y un analista en negocios. Una persona con mayor responsabilidad ante la sociedad y los inversores, explicó Ribeiro, quien además es docente y catedrático asociado de Finanzas de Empresas.
¿Qué habilidades se requerirán? En su opinión, el contador que entienda las herramientas tecnológicas y pueda hablar con el encargado de producir los programas y las máquinas será ampliamente valorado. También aquel que comprenda las estrategias de negocios.
Los que, además, tengan formación en ciberseguridad y conocimientos de programación, pronostica que serán muy demandados.
“La clave va a estar en las herramientas blandas: la capacidad de adaptación, la proactividad para el aprendizaje, la gestión de recursos y el liderazgo”, concluyó.