“En un entorno competitivo las empresas más eficientes son las que sobreviven”, afirmó la Ec. Luciana Macedo, durante la conferencia “Cometidos y actuaciones de la Comisión de Promoción y Defensa de la Competencia”.
El evento formó parte del ciclo “Hablemos con los profesores”, organizado por el Departamento de Economía de la Universidad ORT Uruguay y tuvo lugar el jueves 29 de octubre de 2015.
Macedo es comisionada de la Comisión de Promoción y Defensa de la Competencia en Uruguay, un órgano desconcentrado del Ministerio de Economía y Finanzas. Anteriormente, se desempeñó como asesora de la Unidad Reguladora de Servicios de Energía y Agua (URSEA) y fue responsable del Área de Regulaciones, Precios y Tasas del Comité para la Reforma del Estado de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto, entre otras actividades.
La conferencia contó con la participación de la Dra. Flavia Roldán, docente de la Licenciatura en Economía de la facultad e investigadora.
Una política necesaria
“¿Qué es la política de defensa de la competencia? ¿Por qué es necesaria? ¿En qué consiste?”. Esas fueron algunas de las preguntas que Flavia Roldán, la encargada de introducir el tema, planteó a los concurrentes.
Roldán definió la política de defensa de la competencia como un “conjunto de reglas que aseguran que la competencia del mercado no sea restrictiva, de un modo que dañe la competencia”. Indicó que su objetivo es preservar el bienestar social que, en este caso, se entiende como el bienestar económico de empresas y consumidores.
La experta entiende que si hay fallas de mercado, es bueno que existan reglas que preserven la competencia. Las fuerzas del mercado –los competidores actuales, los potenciales y los demandantes– pueden disciplinar a las firmas que están actuando, en sus estrategias, para que reduzcan los precios y mejoren el bienestar.
“Aun en estos contextos, donde los mercados podrían llegar a funcionar bien, las empresas todavía tienen incentivos para tomar estrategias que reduzcan la competencia y que, potencialmente, dañen el bienestar”, detalló. Luego señaló que si bien la competencia es lo deseable, las empresas están mejor cuando hay menos competencia, ya que pueden disfrutar de mayores beneficios.
Para la profesora, la política de defensa de la competencia no es sinónimo de regulación. La primera es aplicada en sectores e industrias donde las condiciones estructurales de los mercados podrían ser compatibles con un funcionamiento normal, mientras que la segunda es necesaria en sectores donde sería poco razonable pensar que las fuerzas de mercado podrían funcionar bien.
Roldán dijo que otra distinción radica en la secuencia temporal: la regulación, generalmente, es una intervención que se realiza antes de que ocurra una conducta. En política de defensa de la competencia se actúa después que una acción, estrategia o acto, ha ocurrido; no se requiere una intervención continua, sino puntual, una vez que se estima que pueden haber efectos anticompetitivos.
Comisión de Promoción y Defensa de la Competencia
La economista Luciana Macedo integra la Comisión de Promoción y Defensa de la Competencia desde su creación, en el año 2009. Este órgano desconcentrado del Ministerio de Economía y Finanzas consiste en un tribunal formado por tres miembros que, actualmente, cuenta con dos economistas y un abogado.
La comisión resuelve los casos relativos a las conductas anticompetitivas y su objetivo es fomentar y promover un entorno más competitivo. Asimismo, busca brindar protección a los mercados de los abusos de empresas que tienen poder de mercado o una posición dominante.
Macedo explicó que su principal cometido es la investigación y sanción de presuntas prácticas anticompetitivas. También asesora a particulares, al Poder Ejecutivo y a otros órganos reguladores, controla las concentraciones económicas, regula a través del dictado de normas generales y particulares, y promueve los valores competitivos.
¿Por qué es importante defender la competencia? Macedo dijo que la “rivalidad entre empresas” genera incentivos para reducir costos, innovar, aumentar la productividad, así como competitividad y eficiencia. Esto redunda en beneficios para los consumidores: menores precios y mayor calidad y variedad tanto de productos como de servicios.
“Lo que se está defendiendo no son las empresas, sino que haya competencia en el mercado”, aclaró. Luego afirmó que algunas pierden y otras ganan pero que, a la larga, en un entorno competitivo las que sobreviven son las más eficientes.
La economista también presentó casos investigados por la comisión y explicó los procesos de cada uno y las medidas aplicadas. Además, realizó una breve presentación de la Ley de Promoción y Defensa de la Competencia.
Algunos datos
En los seis años de actuación de la Comisión se realizaron 56 denuncias de prácticas anticompetitivas y cinco investigaciones de oficio. Catorce investigaciones permitieron comprobar la existencia de prácticas anticompetitivas: en seis casos se aplicaron multas, en cinco se realizaron apercibimientos y en otros tres se efectuaron recomendaciones.
Macedo precisó que las recomendaciones se dirigieron a los organismos públicos, ya que no los sancionan, sino que se hacen advertencias. Además, señaló que cuando se detecta una práctica anticompetitiva, la Comisión ordena el cese de la conducta.
La conferencista indicó que luego se puede proceder a sancionar con un apercibimiento o con una multa, que varía en función del tamaño de la empresa, sus antecedentes, el tipo de conducta y la colaboración que tuvo durante el transcurso de la investigación.