El profesor Patrick Noonan, de la Goizueta Business School de la Universidad Emory de Atlanta, Estados Unidos, visitó esta semana la Facultad de Administración y Ciencias Sociales de la Universidad ORT Uruguay para dar un curso intensivo sobre “análisis de decisiones” a los estudiantes del Master en Administración de Empresas (MBA) y del Master en Gerencia de Empresas Tecnológicas (MGET). Noonan, Ph.D en “ciencias de decisión” en la universidad de Harvard, viene a la universidad desde 2005 con la ayuda de la Fundación FulBright de Distinguished Professors, para traer perspectivas y experiencias internacionales a los estudiantes de los Postgrados. El curso de este año es una introducción a las ideas fundamentales en torno al “análisis de decisiones”. Sobre su disciplina de estudio, los cursos intensivos, y la penetración de las “ciencias de las decisiones” en las empresas.
-¿Qué aspectos centrales sobre el “análisis de decisiones” espera transmitir esta semana de curso a los estudiantes?
-Lo primero es ser conscientes de la importancia de tomar una decisión. Mi esperanza es que los estudiantes sean más intencionales en la forma de tomar decisiones. En el principio del curso queremos explicitar que las decisiones están en todos lados y son una partícula fundamental de la vida, y todo lo que hacemos, ya sea marketing, finanzas, diseño de productos, logística, inversión, contaduría consiste en la toma de decisión. Obviamente, si se está en finanzas, hay un montón de habilidades específicas sobre decisiones financieras que son diferentes a las del marketing. Sin embargo, hay elementos comunes en todas las decisiones y eso es lo que intentamos transmitir en este curso. Por ejemplo, una cosa que los estudiantes aprenden al principio es que la intuición puede ser una buena forma de tomar decisiones pero también una muy mala. Podemos descansar en la intuición y una mezcla de intuición y análisis, pero hay que hacerlo de la manera correcta. Eso es lo primero que se aprende y se practica. Y tratamos de reconocer las metadecisiones, es decir, las decisiones sobre las decisiones. Luego vamos a algunas herramientas específicas que se utilizan en el análisis de decisiones. Yo describo el análisis de decisiones como una disciplina que tiene el propósito de facilitar una conversación de calidad sobre una decisión. El análisis no nos da respuesta, sólo guía la conversación hacia un mejor camino. Al final todo siempre termina en una decisión gerencial, pero esto es una ayuda para dar claridad a la conversación previa a la decisión. El resto de la semana lidiamos con los asuntos del riesgo, la incertidumbre, la medición del éxito, como hacemos trade offs, entre los beneficios tangibles e intangibles.
-¿Qué particularidades tiene el “análisis de decisiones” en las empresas orientadas a la tecnología?
-De acuerdo a mi experiencia, las empresas orientadas a la tecnología tienen más tendencia a caer en lo que se conoce como una “parálisis del análisis”. Las personas que están confortables con los encares analíticos y rechazan la subjetividad que hay en las decisiones. Así, se encuentran diciendo que no pueden decidir todavía porque necesitan más análisis, hacer un experimento más, más información sólida, y ponen una barrera a la toma de decisiones abusando hasta el límite del análisis, cuando en realidad tiene limitaciones prácticas y cognitivas. Entonces, en las empresas con una fuerte cultura ingenieril es importante que entienda, la fuerza, pero también el límite del análisis para establecer un mejor balance entre pensar y hacer, y no solo pensar porque terminan paralizados sin tomar la decisión. El otro extremo se lo conoce como la “extinción por instinto”, que se da en las compañías que hacen lo opuesto y toman acción sin pensar y sin deliberar. La clave es encontrar el equilibrio correcto entre análisis e intuición. La suerte siempre juega en el éxito o en el fracaso. La industria farmacéutica es una buena implementadora del análisis de decisión por el rol de la incertidumbre y la apuesta en investigación que hacen.
-¿Sudamérica y Uruguay han incorporado la disciplina del análisis de decisiones en ámbitos académicos y empresariales?
-No, pero no creo que sea un problema de Uruguay. Es una disciplina que todavía lucha por ser adoptada. Es relativamente nueva, existe hace 50 años en oposición a otras ciencias centenarias. Es una disciplina que requiere interdisciplinariedad, porque reúne a la economía, la sicología, las estadísticas, el derecho, la ingeniería, la ética y más. Por eso es difícil catalogarla. Así que por su naturaleza no es ampliamente usada y reconocida como debería serlo. En Uruguay creo que hay un potencial grande. Es un lugar en donde la economía y las universidades tienen una estrategia focalizada en los emprendedores. No solo forma a trabajadores, sino aquellos que quieren crear nuevos productos, compañías, encontrar nuevos mercados. En Uruguay los managers son mucho más responsables, y están más expuestos a los resultados de sus decisiones porque la economía pequeña y las personas están más cerca del impacto de las decisiones, lo que amplifica la necesidad para una buena decisión. En Estados Unidos hay muchos consultores especializados en la materia, generalmente en los sectores de petróleo y gas y farmacéuticos. También trabajan con el gobierno en el diseño de políticas públicas, e inversión en infraestructura pública.
-¿Cómo evalúa el entusiasmo de los estudiantes y los programas de estudio de los Postgrados de la universidad?
-Siempre disfruto venir acá todos los años. Aprecio el entusiasmo de los estudiantes y el liderazgo de la escuela que es muy bueno. Hay un desarrollo rápido de la universidad en la innovación de los nuevos programas, y la búsqueda de reconocimiento internacional. Los estudiantes hacen algo que yo no podría hacer como tomar cursos muy intensivos, concentrados en una semana, con alguien completamente nuevo, en una nueva disciplina y en un idioma diferente. Y lo hacen con una sonrisa.