Como cada 16 de abril, se celebra el Día Mundial del Emprendimiento con el objetivo de impulsar el espíritu emprendedor e incentivar a las personas a que asuman el desafío de hacer algo con sus ideas de negocio para que se consoliden como emprendimientos, startups y empresas.

El Centro de Innovación y Emprendimientos (CIE) de ORT contribuye a esta causa fomentando la cultura emprendedora y de innovación desde la universidad, y ejecutando acciones para desarrollar, fortalecer y coordinar un ecosistema que vincule a la universidad, empresas, sociedad, el sector financiero y todos los actores pertinentes que puedan contribuir en un determinado proyecto. Y, así, lograr que iniciativas emprendedoras se conviertan en emprendimientos innovadores que agregan valor a la sociedad, que es el objetivo final.

Re Market

Vanessa Estevan y Teresa Domínguez son Licenciadas en Comunicación Corporativa en ORT. A partir de la motivación de tener un consumo personal más consciente y más responsable con el medio ambiente, nació en mayo del 2021 Re Market, posterior a una encuesta que mostró resultados de que en Uruguay hay mucha gente interesada por querer hacer un cambio individual por el medio ambiente, preocupada por la cantidad de basura que desecha diariamente y por la poca información sobre qué hacer al respecto.

Re Market surge como un catálogo online (que se envió por primera vez vía WhatsApp) basado en una doble instancia con el cliente: el retiro de envases y la posterior entrega de los productos a domicilio. Hasta que, en setiembre del 2021, inaugura el primer local libre de envases en Uruguay, en el barrio Punta Carretas (Montevideo).

"El propósito de Re Market es eliminar todo lo que son envases de un solo uso: la bolsa de arroz, de yerba, la botella del limpiador de pisos, el tarro de la mermelada, entre otros miles, y evitar que terminen en la basura", explica Vanessa.

Re Market, entonces, es un supermercado que propone la vuelta a las raíces mediante venta a granel: comprar productos sueltos. "Como en los almacenes de antes", dice la cofundadora. Si no tenés envase para el producto que querés comprar, tienen bolsitas de papel reciclado para los productos secos y frascos de vidrio reutilizables para comprar por única vez. Apunta a comercializar productos de vendedores locales, y productores y emprendedores chicos, con el objetivo de impulsar la producción y el consumo local, exigiendo únicamente que los proveedores les entreguen la mercadería en envases retornables o reciclables para lograr un proceso de compras 100 % circular, desde el productor/proveedor hasta el consumidor final.

“Los talleres, la mentoría, el ayudar a ordenarte, a entender las prioridades y responder las preguntas que son claves, creo que es lo más valioso que aporta el CIE. A nosotras, particularmente, nos ayudó a postularnos a un fondo y contar con esa experiencia para el futuro desarrollo de Re Market”, dice Vanessa.

En la actualidad, y en la búsqueda de intentar franquiciar y comenzar a desarrollar otros tipos de modelos de negocio para Re Market, las cofundadoras continúan vinculadas al CIE porque consideran que tiene la preparación, la experiencia y los contactos para guiarlas en el camino hacia el futuro de su empresa.

Ventia

Agustín Suárez (estudiante de la Licenciatura en Sistemas en ORT) y su padre, Antonio Suárez, manejaban una agencia de ventas de aproximadamente 15 vendedores. Cuando comenzaron la transformación digital de su empresa, implementaron una herramienta para que los vendedores (en ese entonces, sus clientes) puedan entender y aplicar los procesos digitales. Y a partir de que identificaron que su problema podía reproducirse en otras empresas, nació Ventia.

Con la inclusión de otro amigo, Federico Barboni (estudiante de la Licenciatura en Gerencia y Administración en ORT), la idea se transformó en un proyecto de emprendimiento y se introdujo en las oficinas del CIE.

"El CIE nos acercó al ANDE (Agencia Nacional de Desarrollo Económico) y levantar un pequeño capital para que la empresa crezca, y gracias al que ahora yo estoy en Lima, Antonio en Bogotá y Agus próximamente conmigo en Lima", explica Federico.

Según los emprendedores, el CIE le dio orden y visión a largo plazo para una startup dinámica, en la que cada semana hay cambios de planes y de rumbos. "Este modelo de emprendimientos con la posibilidad de conseguir capital mediante una incubadora es distinto a lo que yo conocía. Antes del CIE, pensábamos en nuestra empresa como una de crecimiento lineal: conseguir cliente e ir por otro vendedor y conseguir más clientes. Un modelo de negocios lento", dice Antonio.

La posibilidad de conocer más gente y más emprendimientos que recorren o recorrieron el mismo camino es lo que los tres destacan como la principal ventaja de haberse acercado al CIE. "Teníamos una oficina rentada, pero nos mudamos al CIE porque nos dimos cuenta de que estar en contacto con otros emprendedores, conocer y aprender de sus experiencias, y aprender de las experiencias de las personas del CIE que han trabajado con muchísimos emprendimientos diferentes, es muy enriquecedor", afirma Antonio.

El proyecto comenzó en junio del año pasado, pero están vinculados al CIE desde hace cuatro meses y eso le abrió puertas a nivel internacional. "El objetivo es llegar a toda Latinoamérica, pero ha sido todo tan dinámico y ha cambiado tan rápido que no sabemos cómo seguirá evolucionando", dice Federico.

MetaLabs

Marco Fiorito es estudiante de Ingeniería en Sistemas en ORT y junto a su amigo Tomás Lázaro (estudiante de Licenciatura en Administración en la Universidad de la República) decidieron emprender con una empresa de software. "MetaLabs es, básicamente, un software factory, hacemos desarrollo de software enfocado principalmente a aplicaciones móviles". Posteriormente, y con el objetivo de apuntar más alto, se sumaron al proyecto Matías Salles y Felipe Najson, ambos estudiantes de Ingeniería en Sistemas de ORT y compañeros de Marco.

MetaLabs se vinculó al CIE a mediados del 2021 y a partir de febrero de este año tienen su espacio físico al que van diariamente a trabajar. "Antes de estar acá nos conectábamos online o íbamos a la casa de alguno, pero era difícil la coordinación y nos juntábamos a trabajar relativamente poco. Venir al CIE está buenísimo porque sabemos que contamos con este lugar para encontrarnos cuando queramos, el ambiente está re copado y se dan instancias de charlas e intercambios con otros emprendedores que resultan muy valiosas", explica Tomás.

Además, el cofundador asegura que pertenecer a la comunidad del CIE les ha abierto muchas puertas, desde la mentoría que encuentran ahí mismo o el conocimiento de instancias y eventos que eventualmente les puede interesar. "Tuvimos la oportunidad de participar en el Campus Party, tremendo evento tecnológico que nosotros ni sabíamos de su existencia", afirma.

En la actualidad, MetaLabs tiene una perspectiva de crecimiento que intenta combinar el servicio a sus clientes y el desarrollo de aplicaciones propias, como Katdog: una aplicación que se lanzó hace poco y que trabaja en conjunto con los refugios que están sobrepoblados de animales para descongestionarlos, y facilitar las adopciones.