Obtener datos de las empresas, trabajar con estos datos, compararlos con el mercado y realizar un análisis basándose en esa información. Con este procedimiento funciona el monitor de desarrollo sostenible, cuyo lanzamiento se llevó a cabo el viernes 6 de setiembre de 2019 en Deloitte.
El evento “Desarrollo sostenible y cadena de valor: ¿qué, cómo y por qué?” se realizó en el marco de las actividades de la Cátedra de Gerencia y Contabilidad para el Desarrollo Sostenible Deloitte de la Universidad ORT Uruguay.
Expusieron el Dr. Nicolás Gambetta —coordinador académico de postgrados en Contabilidad e Impuestos en ORT—, Mag. Paula Cobas —gerente de articulación productiva de la Agencia Nacional de Desarrollo (ANDE)—, la Dra. Teresa Cometto —gerente de Marketing de Unilever y catedrática de Marketing de ORT—, Mag. Mike Mies —gerente general de la empresa química Badische Anilin- und Soda-Fabrik (BASF)—, Mariella de Aurrecoechea —socia de Deloitte y vicepresidenta de DERES.
El monitor y los tres pilares del desarrollo sostenible
El monitor busca medir con periodicidad los indicadores clave sobre el desempeño económico, social y medioambiental de las empresas socias de DERES y analizar su evolución en el tiempo.
“Uno de los desafíos que estamos teniendo en Uruguay es que los informes de sostenibilidad han tenido poco avance, quizás también porque muchas empresas entienden que realizarlos es una carga extensa en tiempo y recursos”, explicó de Aurrecoechea. “Queremos salir de esa lógica. Vamos a seguir insistiendo con el informe de sostenibilidad, pero si no hay, por lo menos, miremos determinados indicadores clave”.
Se tomaron en cuenta para construir el monitor 17 indicadores de desempeño, divididos en los tres pilares del desarrollo sostenible: sostenibilidad económica, social y ambiental. “Es información que todo el mundo tiene, no hay que generarla especialmente”, añadió Gambetta.
La cadena de valor y los nativos sostenibles
Gambetta señaló que las empresas no hacen negocios solas sino que están inmersas en una cadena de valor, que incluye a los proveedores, al sector público, a los consumidores y clientes, a la comunidad y a la academia. “Si la empresa líder de la cadena de valor está en contacto con todos ellos, puede detectar cuáles son las necesidades de esa cadena y considerarlas en su estrategia de negocio para lograr que esa cadena de valor sea sostenible”, dijo el académico.
En una cadena de valor sostenible se genera un aumento en la productividad, se llega a nuevos mercados, se comparten conocimientos, se busca una mejor eficacia en el uso de la energía y una menor producción de desechos.
En este sentido, Cobas indicó que ANDE tiene como misión apoyar a las empresas en promover el desarrollo productivo sostenible.
Mies, a su vez, señaló la importancia de garantizar que la compañía gaste la menor cantidad de recursos posibles.
“Somos empresas que trabajamos para el mediano y el largo plazo, no para hoy y mañana. Las personas, cada vez más, van a elegir productos amigables con el medio ambiente”, afirmó Cometto y agregó: “Los jóvenes no se van a imaginar que alguien pueda comprar un producto que tenga un impacto negativo en el medio ambiente”.
Así como hoy se habla de nativos digitales, en referencia a quienes al nacer ya tenían a su alcance computadoras y celulares, ahora se habla de “nativos sostenibles”.
“Trabajar colaborativamente es ganar-ganar”
Cometto indicó que la sostenibilidad tiene que estar inserta en todo el proceso: desde la elaboración, desarrollo y diseño de los productos hasta cuando llega a manos de las personas que los van a usar.
“Es imposible pensar en sostenibilidad si no pensamos en toda la cadena de valor y en la responsabilidad que tenemos cada uno de los integrantes de esa cadena”.
Las pymes tienen diversos problemas para ingresar y ascender en la cadena de valor. Entre ellos, la falta de productividad, el mal gerenciamiento, no relacionarse entre sí y no tener buenas tecnologías. Al respecto, Gambetta afirmó que “la empresa líder de la cadena de valor tiene que empujar al resto”.
“Trabajar colaborativamente es ganar-ganar porque hace que los productos lleguen en tiempo, forma y se posicionen mejor”, añadió Cobas.
Mies estuvo de acuerdo y, a la vez, señaló que “la disrupción viene de las compañías pequeñas”. Agregó: “la fuerza de la industria de los países está en las microempresas, pero hay que darles las condiciones para que vengan”.
Cometto, a la vez, destacó la importancia de compartir conocimiento con las agencias: “Hay quienes pueden pensar un poco mezquinamente que transmitir ese conocimiento implica que después lo usen con otros clientes. La generosidad va y viene. Se trata de ayudar genuinamente a que mejore el estándar para, de esa manera, mejorar todos. Ese es el verdadero pensamiento de cadena de valor”.