Con ventajas comparativas excepcionales, el sector agropecuario uruguayo, tan ligado a su propia identidad, sigue interpretando un rol protagónico en el desarrollo económico del país.
A continuación te invitamos a conocer algunos de los aspectos clave en la industria agropecuaria nacional, su productividad, su relevancia y por qué invertir en agronegocios en Uruguay es más seguro, rentable y eficiente que nunca.
La industria agropecuaria de Uruguay
En este pequeño panorama sobre la industria agropecuaria uruguaya, comenzaremos por repasar brevemente algunos de los factores más determinantes en cuanto a su historia, los tipos de actividades más extendidas en el sector y su productividad.
Breve historia de la agricultura y la ganadería en Uruguay
Al revisar el tradicional relato oficial de la historia de la agricultura y la ganadería en Uruguay, un hecho en particular comúnmente se suele señalar como punto de partida en la actividad agropecuaria del país: la introducción del ganado por parte de Hernando Arias de Saavedra, o Hernandarias, en los albores del siglo XVII.
Para entonces, el territorio al este del río Uruguay, dominado por extensas praderas pero carente de oro y metales preciosos, era considerado prácticamente inútil. En efecto, con autorización de la corona española, Hernandarias introdujo una amplia tropa de ganado vacuno y equino desde el otro extremo del Atlántico, marcando para siempre el futuro de la actividad económica de un país que, incluso antes de ser tal, fue productor agropecuario.
Las condiciones propias de la región posibilitaron un sostenido desarrollo de la actividad agropecuaria en Uruguay durante los dos siglos posteriores. Aunque sin grandes transformaciones, esta etapa fue organizando los despoblados territorios de la Banda Oriental, constituyendo la mayor fuente de riqueza de la sociedad y contribuyendo al surgimiento de una identidad propia, fuertemente ligada al agro, que generó un campo fértil para la verdadera revolución que experimentaría en el siglo XX.
En tal contexto, y como en muchos otros países sudamericanos, el sector agropecuario de Uruguay desarrolló múltiples estudios en torno a sistemas agrarios, introduciendo nuevos procedimientos en las cadenas productivas y las flamantes tecnologías que a su paso iba engendrando la modernidad, desde el tractor a los drones, la robótica y la biotecnología de hoy.
Los programas de investigación sobre la agricultura y la ganadería en Uruguay comenzaron a desarrollarse en 1950, llegando incluso hasta 1989 y dando lugar a una serie de obras de mayúscula influencia entre los círculos políticos, económicos e intelectuales del país.
El resultado de este proceso fue una amplia diversificación de la producción en términos de ganadería, agricultura y agroindustrias, ya que, hasta entonces, el fuerte de la actividad agropecuaria en Uruguay se condensaba mayoritariamente en la producción ganadera.
Actualmente, la agricultura en Uruguay aporta más del 10 % del producto interno bruto (PIB) del país, consolidándose como la mayor fuente de divisas e incluyendo a la nación entre grandes exportadores agrícolas, como Brasil, Canadá o Nueva Zelanda.
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Tipos de agricultura en Uruguay
Las condiciones climáticas propias del territorio uruguayo, con precipitaciones que pese a su irregular distribución, son abundantes durante todo el año; así como sus temperaturas subtropicales y su centralizada distribución demográfica, propician significativamente el desarrollo agrícola. Asimismo, en cuanto a predominancia, existen dos grandes tipos de agricultura en Uruguay: la agricultura de secano y la agricultura de regadío.
La primera es aquella en la que el ser humano no contribuye a la irrigación de los suelos, utilizando el agua proveniente de las lluvias. La segunda, mientras tanto, se desarrolla a partir del aporte de agua por la actividad humana, a través del suministro captado por cauces superficiales, tanto naturales como artificiales, o bien mediante la extracción de aguas subterráneas para su posterior irrigación.
La agricultura de secano en Uruguay se caracteriza también por tener insumos de mano de obra, tecnología y capital relativamente bajos en comparación con la agricultura de riego y con los tipos de agricultura que se desarrollan en muchos otros países.
¿Cuáles son los principales cultivos de Uruguay?
Entre los cultivos de secano, la principal productividad se da en:
- Trigo
- Cebada
- Maíz
- Sorgo
- Soja
- Otros oleaginosos.
En cuanto a los cultivos de regadío en Uruguay, la mayor producción se da en cultivos de:
- Arroz
- Caña de azúcar
Otro de los tipos de agricultura que se practican en Uruguay, aunque en una escala sensiblemente menor, es el de la denominada agricultura de subsistencia.
Esta consiste en sostener una producción de alimentos mínima y consciente para cubrir únicamente las necesidades de pequeños agricultores y sus familias, sin apenas excedente a comercializar y caracterizada por un nivel técnico reducido, el cuidado del medioambiente y la producción orgánica.
¿Cuáles son las mayores regiones agrícolas en Uruguay?
Las regiones de mayor actividad agrícola en relación con los cultivos de secano se encuentran mayoritariamente sobre el litoral del país, en departamentos como:
- Paysandú
- Río Negro
- Salto
- Colonia
- Soriano
Mientras tanto, las regiones con mayor producción en cuanto a cultivos de regadío se encuentran en los departamentos de:
- Artigas
- Treinta y Tres
- Cerro Largo
- Rivera
Mapa de la actividad agropecuaria en Uruguay
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Tipos de ganadería en Uruguay
Las mismas características que potencian la agricultura, como los factores climáticos, las redes hidrográficas y la fertilidad de los suelos, también hacen de este un entorno más que propicio para la producción y cría de ganado en Uruguay.
De acuerdo a los últimos censos, en el país existen al menos 38.000 establecimientos ganaderos, ocupando aproximadamente 13 millones de hectáreas de pastoreo en donde se crían más de 12 millones de vacas, dando lugar al curioso aunque bien conocido dato que en proporción estima unas cuatro vacas por habitante.
Sobre ese total, solo 6.000 establecimientos tienen más de 500 hectáreas de superficie, sugiriendo que la producción ganadera de Uruguay se desarrolla sobre todo en terrenos de tipo familiar.
En estos establecimientos, según se estima, trabajan al menos 100.000 personas, de acuerdo a las últimas cifras, con unos 10,5 millones de ovinos además de los 12 millones de vacunos referidos.
Comúnmente se trata de sistemas productivos mixtos de ganadería extensiva, donde el ganado vacuno y ovino, y en menor medida equino y porcino, favorecidos por los factores medioambientales, pastorean en un mismo predio.
A este respecto, los tipos de ganadería se suelen clasificar de dos formas. Según el medio, en tres tipos; y según el tipo de ganado, en siete, como veremos a continuación.
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Ganadería según el medio
Ganadería extensiva
Es aquella en donde la explotación del ganado se realiza al aire libre, en amplias extensiones de tierra, aprovechando los recursos naturales del entorno. En este caso, se utilizan los recursos medioambientales para la explotación, lo cual, según especialistas, permite una producción de mayor calidad.
Ganadería intensiva
Ocasionalmente también referida como ganadería estabulada, se caracteriza por la reducción de costos en pos de la competitividad. Esta práctica, sin embargo, suele resultar en productos de menor calidad y en un mayor impacto sobre el medioambiente.
Ganadería mixta
A veces también referida como ganadería semiintensiva, semiextensiva o semiestabulada, dependiendo la bibliografía consultada, refiere al tipo de ganadería que hace uso mixto de los recursos, empleando tanto los que ofrece el medio como los de producción humana, como establos, obteniendo lo mejor de cada sistema.
Tipos de ganadería en Uruguay según el tipo de ganado
- Ganado ovino: Donde se trabaja con ovejas, dando lugar a la producción de leche, queso, lana y pieles.
- Ganado bovino o vacuno: Trabajan con vacas, toros y bueyes, en la producción de carne, leche y pieles.
- Ganado porcino: Trabaja con cerdos para la producción cárnica.
- Ganado caprino: Trabaja con cabras, centrando su producción en quesos, leche y, en menor medida, carne.
- Ganado equino: Trabaja con caballos y yeguas, centrando su producción en la actividad hípica, las carreras de caballos o el comercio.
- Cunicultura: Trabaja con conejos, centrando su producción en carnes y pieles.
- Avicultura: Trabaja con aves de corral en la producción de carne y huevos.
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La importancia del sector agropecuario en Uruguay
De acuerdo al informe sectorial Agronegocios, publicado en octubre de 2020 por la agencia Uruguay XXI, con base en las cifras del Banco Central del Uruguay (BCU), el país ha atravesado un proceso de crecimiento ininterrumpido, con un incremento del 70 % en el ingreso per cápita (medido en dólares corrientes) entre 2009 y 2019.
En tal sentido, la actividad agropecuaria y las cadenas agroindustriales del sector registran una participación clave en la economía, consolidándose como uno de los impulsos más notables en el dinamismo del PIB uruguayo, en el cual el sector agroindustrial explica el 11 % alcanzado entre 2019 y 2020.
Esta participación, continúa el informe, se repartió en fragmentos similares entre el sector primario (constituido por la agricultura, la ganadería y la silvicultura) y las industrias relacionadas con el agro, con el 6 % y el 5 %, respectivamente. Asimismo, otros sectores, como el de “Transporte, Almacenamiento y Comunicaciones”, también se encuentran fuertemente asociados al desarrollo del sector agropecuario y agroindustrial del Uruguay.
De este modo, siguiendo estimaciones de la Red Mercosur-FAO, el sector agropecuario uruguayo brindaba, ya desde principios del siglo XXI, el mayor “efecto difusión” sobre la economía en su conjunto en relación con el resto de las actividades productivas.
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Efecto difusión
En ¿Cuál es la importancia real del sector agropecuario sobre la economía uruguaya? (2009), informe técnico de la Universidad de la República, se describe el “efecto difusión” como aquel que “representa el incremento que una unidad monetaria (u.m.) adicional de renta exógena recibida por una cuenta endógena provoca sobre las rentas del conjunto de cuentas endógenas”. Es decir, el efecto sobre los niveles de renta del conjunto de agentes y sectores económicos.
El efecto difusión del agro, el resultado multiplicador de la actividad agropecuaria en Uruguay sobre la producción y el empleo, se ubicaron por encima de la media de todos los demás sectores de actividad.
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Valor agregado
En tal sentido, la importancia del sector agropecuario en Uruguay es tal que, más allá de las portentosas cifras recogidas por el BCU y la Red Mercosur-FAO, aporta un alto contenido de valor agregado y presenta un carácter de bien intermedio, motivando su consideración en un espectro aún más amplio, apreciando toda su cadena.
Con una participación en torno al 82 % de las exportaciones de bienes del país —que ha ido aumentando año tras año—, el sector agropecuario y las cadenas agroindustriales en Uruguay han propiciado la cuadruplicación del ingreso per cápita de su población y han provocado un impacto expansivo que, entre otros sectores, ha potenciado significativamente a la industria alimenticia y las actividades primarias, representando el mayor efecto multiplicador sobre la producción del Uruguay.
El sector también expone fuertes encadenamientos hacia delante, especialmente en la actividad agroindustrial, netamente exportadora. En efecto, aunque indirectamente, exporta mayor valor agregado nacional que el resto de las manufacturas y cualquier política de estímulo a este tiene mayor poder de difusión que en otros sectores, siendo el más multiplicador de producción, renta y empleo.
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Otros factores a considerar
Entre otros aspectos, del referido informe también se desprenden algunas conclusiones y cifras que deben considerarse para una aproximación a la importancia de la actividad agropecuaria en Uruguay.
Por ejemplo, el hecho de que la relación valor agregado sobre valor bruto de la producción (VBP) haya superado el 62 % en la última década, contrastando con el 52 % que representa el promedio de la economía uruguaya.
El sector agropecuario de Uruguay destina un 84 % de su producción al consumo intermedio; mientras que, en conjunto, la economía del país dedica un 35 % de su producción al consumo intermedio. La remuneración del capital representa un 37 % del VBP mientras para la economía en su conjunto representa un 23 %.
Además, se trata del sector económico con mayor participación de mano de obra no calificada en sus costos de producción. Las remuneraciones a la mano de obra no calificada significan un 15 % del VBP del sector, mientras que para el conjunto de la economía representan un 7 %.
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5 razones para invertir en agronegocios en Uruguay
La importancia del agro en Uruguay se manifiesta también en consideraciones como el hecho de que el país produce en el entorno de las 550.000 toneladas de carne vacuna al año, 180.000 de consumo interno y 370.000 externo.
A su vez, esas más de tres toneladas y media de carne se exportan a más de 100 países y representan la cuarta parte de todas las exportaciones de bienes del Uruguay.
Para alcanzar tales objetivos, el país ha diseñado sistemas de información ganadera únicos en el mundo, sumando a la trazabilidad ganadera, que permitió registrar e identificar al 100 % del ganado vacuno uruguayo, el Sistema Electrónico de Información de la Industria Cárnica en los frigoríficos, que a través de balanzas digitales y otros dispositivos registra y transmite al Instituto Nacional de Carnes (INAC) los datos relevados en las plantas.
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La inversión en nuevas tecnologías está permitiendo hoy conocer mucho más acerca de los ciclos naturales de los ecosistemas del país, así como detectar más y mejores maneras de aprovecharlos adecuadamente.
Todos estos factores, sumados al distinguido estatus sanitario alcanzado por Uruguay (entre los pocos países del mundo declarados libres de encefalopatía espongiforme bovina, popularmente conocida como “vaca loca”) y la calidad de sus productos ha potenciado a la carne uruguaya en los mercados más exigentes de la economía mundial.
Asimismo, hay muchas otras razones para invertir en agronegocios en Uruguay, como estas cinco:
1. La excepcional situación del país en el contexto regional
Uruguay cuenta con un sistema democrático robusto y consolidado, a través del cual los tres partidos políticos más representativos han alternado en el gobierno, sosteniendo así un compromiso de respeto al clima de negocios y siendo distinguido no solo como el país con la mayor democracia de América Latina, sino como una de las democracias plenas más importantes a nivel global según The Economist.
Adicionalmente, tras 17 años de crecimiento económico ralentizado pero ininterrumpido (el más largo en la historia del país) entre 2003 y hasta 2020, en la actualidad es uno de los países más equitativos y con mayor ingreso per cápita de toda América Latina y el Caribe.
La solidez macroeconómica, la reducción de vulnerabilidades del sector bancario, las amplias reservas, la diversificación de las exportaciones y la matriz energética han permitido preservar la estabilidad en un entorno, tanto regional como global, más turbulento y sedicioso.
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2. Potencial y disponibilidad para la actividad agropecuaria
Entre los territorios que constituyen al Uruguay, 16,4 millones de hectáreas son aptas para la actividad agropecuaria. Es decir, más del 90 % de la superficie terrestre del país. Además, la tierra se ha revalorizado sustancialmente, llegando a cuadruplicarse durante los últimos 15 años.
Con una población de aproximadamente 3,4 millones de habitantes, Uruguay produce alimentos para 28 millones de personas, vislumbrando el potencial del país para seguir incrementando la producción de bienes agropecuarios y agroindustriales.
A este respecto, de acuerdo a la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (ONUAA/FAO), la demanda por bienes agropecuarios viene en un sostenido aumento en todo el mundo. Así ha sido desde los años setenta, manteniendo una firme tendencia para las próximas décadas, fundamentalmente sustentada por el avance demográfico y un mayor consumo de proteínas, grasas y azúcares en las economías en desarrollo.
3. Viabilidad y protección de inversiones
La promulgación de la Ley de Promoción y Protección de Inversiones Nº 16.906 ha establecido que la inversión extranjera en Uruguay ha de recibir el mismo trato que la nacional. En efecto, no existen restricciones a la repatriación de capitales, ni a la transferencia de ganancias, dividendos e intereses.
Por otra parte, de acuerdo al índice ESG, Uruguay se ubica entre las principales economías del mundo para invertir.
Este índice busca medir la resiliencia de las empresas y diferentes clases de activos invertibles a los riesgos y oportunidades a largo plazo que surgen de aspectos ambientales, sociales y de gobernanza (ASG/ESG).
A su vez, estos factores ponderan en el indicador EMBI de riesgo país y, como resultado, Uruguay se consolida como el país más confiable entre los emergentes del mundo para invertir.
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4. Ventajas de Uruguay en la producción de alimentos
Junto con Argentina, Brasil y Paraguay, Uruguay integra la mayor región exportadora de alimentos en el mundo. Y además de las referidas condiciones climáticas, la fertilidad de los suelos y las redes hidrográficas, Uruguay posee diversas ventajas comparativas en cuanto a la producción de alimentos y bienes agropecuarios a nivel internacional.
Asimismo, el reconocido prestigio de la producción agropecuaria uruguaya en el mapa mundial también se explica en los procesos productivos y la calidad de varios productos agropecuarios, centrado en una producción inocua y guiada por los más estrictos controles sanitarios.
Los mencionados avances en cuanto a la trazabilidad y el uso de nuevas tecnologías en el sector agropecuario de Uruguay, permiten obtener absoluta información de los productos, desde que los animales nacen hasta que llegan al consumidor final. Estos sistemas de georreferenciación, además, se están aplicando en diversos otros sectores, como la carne aviar, la miel, el citrus o los viñedos.
5. Sostenibilidad y protección medioambiental
Uruguay sostiene una estricta política de desarrollo agrícola sustentable y amigable con el medioambiente que incluye, entre otras cosas, planes de uso y manejo responsable de suelos y planes para la producción lechera sostenible.
Adicionalmente, Uruguay encabeza la transición energética en todo el continente americano y ha sido reconocido por su exitosa apuesta a las energías renovables en el Índice de Transición Energética 2020, del Foro Económico Mundial. En el índice, además de la primera posición en el continente americano, ocupa la onceava a nivel global.
Desde que en 2007 el país apostase a la transformación y generación energética a partir de fuentes renovables, ha contribuido notablemente a la protección medioambiental, la economía y el bienestar de la ciudadanía. Actualmente, Uruguay produce el 98 % de su electricidad a partir de fuentes renovables.
De este modo, Uruguay se consolida como un país de alto desarrollo agropecuario y amigable con el medioambiente en una región altamente productiva, con destacadas ventajas comparativas en el sector, que ofrece estabilidad, seguridad y amplias oportunidades para la inversión en los agronegocios.
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