Poco después de llegar desde China, los 14 estudiantes de intercambio se encontraron por primera vez con las dificultades de vivir en un país tan distinto al suyo y –a pesar de estudiar la Licenciatura en Idioma Español en sus universidades– con la necesidad de utilizar el idioma para vivir.
Al principio les resultaba difícil hacer las compras en el supermercado, porque si no encontraban un artículo no sabían cómo decir qué era lo que estaban buscando. También lo era ubicarse en la ciudad, porque a pesar de los GPS, los nombres de las calles les resultaban parecidos. No les fue fácil tampoco acostumbrarse a los sabores de las comidas, menos picantes que en China, aunque a muchos les ha gustado el asado.
Estos estudiantes –7.ª generación que llega como parte de los convenios de intercambio con la Universidad ORT Uruguay– pasarán cerca de un año en el país aprendiendo español.
El 3 de setiembre de 2018 fue la bienvenida a la universidad. Participaron profesores, autoridades y padrinos: estudiantes de ORT que los ayudan a adaptarse cultural y socialmente.
“La distancia entre China y Uruguay es muy grande, pero se acerca con este tipo de intercambios”, dijo la Dra. María Azpiroz, directora del área Internacional de la universidad. “Estudien. Vivir en otro país es difícil. Estudiar en otro idioma requiere esfuerzo”.
El programa comenzó en 2012, cuando llegó la primera generación de estudiantes de la Harbin Normal University. Luego se amplió a Guizhou University of Finance and Economics, y a Beihua University.
Guizhou University of Finance and Economics se encuentra al sur del país, en la provincia de Guizhou, una de las regiones demográficamente más diversas del país. Su superficie es similar a la de Uruguay pero, con 39 millones de habitantes, su población es unas 13 veces mayor.
Beihua University, al noreste del país, es una universidad que hace hincapié en el intercambio y la cooperación internacional. Forma parte de la provincia de Jilin, que significa “bosque de la buena suerte”, y tiene 27 millones de habitantes.
A pesar de haberse informado sobre Uruguay, llegar a un país siempre genera sorpresas. Ámbar (todos los alumnos reciben un nombre en español) esperaba que en Montevideo todos los edificios fuesen más antiguos, como en la Ciudad Vieja. Mercedes, una estudiante que solo había visto el mar una vez, dijo que al llegar a la rambla le sorprendió el color marrón del agua. Creía que siempre sería azul.
Destacan que la vida en el país es tranquila y que las personas son amables. Aún ven con sorpresa algunas de las diferencias culturales, demográficas e incluso logísticas. Les ha llamado la atención que en Uruguay se cena muy tarde. Ellos en su residencia lo hacen a las 18:00. Les sorprende la poca gente que hay en comparación con su país. Y que las calles sean mucho más angostas que en sus ciudades.
Muchos de ellos esperan ser traductores, profesores o comerciantes con países de habla hispana. Coincidieron en que este año será muy importante para su desarrollo profesional y que para aprovecharlo tendrán que estudiar mucho. También esperan conocer el país tanto como puedan, viajar por la región y hacer nuevos amigos.
*Artículo realizado en base a los testimonios de los estudiantes Antonio, Beatriz, Julio, Iris, Sol, Mercedes y Ámbar.