“Su característica más visible fue el intento de segmentar el tratamiento de las burocracias públicas. Por un lado, el sector industrial y comercial del Estado tendría autonomía administrativa. La misma oficiaría como una garantía de una intervención racional, no sujeta a los intercambios clientelares, guiada fundamentalmente por criterios técnicos. Por otro lado, quedaría el resto de la administración, la cual mantendría el tradicional patrón clientelar, esperable en cualquier democracia donde la lucha por el poder exige el intercambio de votos por trabajo”, plantea el autor.
“Esta idea de segmentación se fue diluyendo con el tiempo y fue primando el objetivo político partidario en el manejo de la burocracia. Con ello, no sólo fue afectada la intervención racional del Estado en el proceso económico, sino también la coherencia corporativa de la actuación del Estado. El libro ahonda en un período rico para la comprensión de la construcción de las competencias de la burocracia estatal en el Río de la Plata”, agrega.
“Esta idea de segmentación se fue diluyendo con el tiempo y fue primando el objetivo político partidario en el manejo de la burocracia. Con ello, no sólo fue afectada la intervención racional del Estado en el proceso económico, sino también la coherencia corporativa de la actuación del Estado. El libro ahonda en un período rico para la comprensión de la construcción de las competencias de la burocracia estatal en el Río de la Plata”, agrega.