Diego Coppa, Contador Público, contó cómo siendo un estudiante del interior que trabajaba pudo hacer su carrera en la universidad.
-¿Cómo decidiste estudiar Contador Público?
-Desde chico tuve a mis padres como ejemplo en la vida. En lo que respecta a la formación profesional, dado que ambos eran empleados bancarios, yo quería seguir sus pasos y trabajar en un banco también.
Con el paso de los años, para poder acceder a un puesto similar ya no dependía de salvar un concurso bancario, sino de formación profesional competitiva y actual.
A la hora de decidir qué estudiar, dedicarme al sector de economía surgía como la opción más obvia, y dentro de las que disponía, Contador Público fue la que me atrajo más.
-¿Cómo descubriste tu vocación?
-En mi caso la vocación vino "a posteriori", cuando ingresé a la carrera. Me habían impulsado a hacerlo motivos racionales, los cuales además había conversado con mi familia. Pero a medida que conocí más de las materias, de la propia carrera y de la profesión del Contador, comencé a desear estar recibido.
No fue hasta la mitad de la carrera que, con el título intermedio en las manos, me di cuenta que ya no habría vuelta atrás en este camino hacia el título de Contador Público.
-¿Por qué elegiste hacer la carrera en la universidad?
-Conocí a la Universidad ORT Uruguay por causalidad. Cuando terminé el liceo y tuve que mudarme a la capital a estudiar, la primera decisión que tuve que tomar fue la de elegir la universidad en la cual estudiar.
Yo conocía una sola universidad privada y no ésta, pero era la única de la que tenía referencias ya que una prima estudiaba allí.
Un viernes me vine a Montevideo con mi padre y mi hermano, y la visitamos. Recuerdo que encontré una universidad gris, deteriorada y salí muy defraudado, resignado a aceptar que allí transcurrían mis próximos años.
Sin embargo, en la tarde, tenía una reunión informativa en la Universidad ORT Uruguay, pero no quería asistir ya que pensé que sería otra decepción. Por suerte mi padre me insistió. Tuve una charla con dos referentes de la carrera, estudiantes y graduados, donde nos explicaron absolutamente todo, dando lugar a preguntas.
Además nos dieron una visita por las instalaciones que me terminaron de conquistar. Salí de la facultad contento porque sabía que allí transcurrirían mis próximos años.
-¿Qué ventaja encontraste en la propuesta de la universidad?
-Además de instalaciones modernas, totalmente equipadas y a disposición de los estudiantes, la reputación y reconocimiento de la universidad la hacían el lugar ideal para estudiar.
De hecho el tiempo me dio la razón, ya que cuando tuve la oportunidad de hablar con quienes se encargan de evaluar la contratación de profesionales, ellos me confirmaron que el título de la universidad es de los más valorados.
-¿Cómo fue tu experiencia como estudiante?
-La mejor. Desde el primer día quede gratamente sorprendido con el nivel de las clases, la organización de la carrera y con la dedicación de la universidad para que no nos faltara nada.
La biblioteca, los laboratorios de computación y los funcionarios de ambas fueron una pieza clave para mi formación. Además, la disponibilidad de los profesores en horario de clase y fuera de éste, para responder nuestras consultas, fueron el diferenciador.
Sin dudas la conjugación de todos estos factores hace de la universidad el lugar más auspicioso para una formación profesional.
-¿Qué evaluación hacés de la carrera?
-Para responder a esta pregunta me animo a copiar. Al finalizar cada semestre nos hacían una encuesta de satisfacción abarcando muchos puntos. Uno de ellos preguntaba si recomendaría la universidad y la carrera. Desde la primera hasta la última mi respuesta fue: "Sin dudas".
-¿La carrera te preparó bien para el mercado laboral?
-Sí, muy bien. De hecho he trabajado en varias empresas de diferentes ramos, desde estudios contables pequeños y grandes, empresas privadas, multinacionales y actualmente, en el sector de tecnología de la información.
No solo estuve bien preparado para enfrentar profesionalmente todos esos retos, sino que la formación que otorga la universidad respecto del trabajo en equipo fue clave para poder crecer en cada uno de ellos.
-¿Cómo ha sido tu trayectoria profesional?
-Comencé trabajando en un estudio contable a mitad de carrera, con el título intermedio como respaldo. Luego de casi dos años y mucho aprendizaje, pasé a un estudio contable de mayor porte, donde me recibí y comencé a dar mis primeros pasos como Contador Público.
Allí también estuve casi dos años. En el 2010 comencé a trabajar en una multinacional, donde tuve la posibilidad de trabajar con un gran equipo de gente con formaciones muy variadas, para un cliente importante en Estados Unidos.
Fue una gran experiencia, en la cual tuve la posibilidad de ascender y llegar a ser encargado de un sector.
Un año y medio después renuncié para incorporarme como asesor de una empresa del sector petro-químico, donde trabaje hasta mediados del 2013, cuando me incorporé a una empresa nacional del sector de tecnología de la información, como consultor independiente.
-¿Qué función cumplís actualmente?
-Además de la mencionada como consultor independiente en procesos en una empresa de tecnología, soy titular en un proyecto personal de liquidación de sueldos para empresas, junto a Patricia Manzanares, estudiante próxima a recibirse de la Escuela de Administración.
El emprendimiento se llama C.M. Consultores, y además de su objetivo comercial, llevamos adelante un blog donde, de manera gratuita, respondemos consultas laborales a personas que trabajan bajo el régimen de dependencia.
-¿Cuáles son tus planes a futuro?
-En el mediano plazo me veo consolidado en ambos empleos, descubriendo nuevos campos de acción que brinda la profesión contable y creciendo con mi emprendimiento personal, hasta verlo convertirse en un negocio exitoso.
Además, en cuanto a la formación constante, me veo con un postgrado, probablemente en Recursos Humanos o Finanzas.
Entrevista publicada en 2014.