“No creo que la cancillería uruguaya haya elaborado las bases de una política de Estado” en relación con África, dijo Agustín Espinosa –docente y ex embajador de Uruguay en Egipto, Etiopía, Túnez, Libia, entre otros países–.
“Desde el punto de vista de la política exterior, las relaciones con África, desde Uruguay, son muy pobres”, agregó. Si bien admitió que hubo señales que muestran un avance, para él, es importante que se traduzcan en una realidad. De modo que es fundamental el apoyo de todas las fuerzas políticas, recursos, así como gente dispuesta a trabajar por ello.
En el marco del Ciclo Anual de Conferencias del Departamento de Estudios Internacionales, se realizó el evento titulado “África, ese continente desconocido”, cuyos objetivos fueron reflexionar sobre las debilidades y las fortalezas de África, así como analizar la relación de Uruguay con dicho continente. Tuvo lugar el miércoles 21 de octubre de 2015, en el auditorio de la Facultad de Administración y Ciencias Sociales.
Uruguay y África
“¿Por qué África no está en la agenda de las relaciones internacionales de Uruguay?”, preguntó Espinosa. En su opinión, desde que Enrique Iglesias inventó, en 1985, la idea de los círculos concéntricos, en materia de política exterior, no hay ningún círculo dedicado a África. “La cancillería actúa en consecuencia, como si África no existiera”, expresó.
Hasta 1985, Uruguay mantenía solo dos misiones diplomáticas en África: una en Egipto y otra en África del Sur. La situación no ha cambiado mucho desde ese entonces, ya que Espinosa destacó que, recientemente, se abrió la tercera misión diplomática en Angola.
A partir de 1985 comenzaron lo que el diplomático catalogó como “relaciones espasmódicas”, ya que “aparecen y desaparecen”: “La cancillería no tuvo persistencia, porque no había una política exterior de Estado, que respaldara esa presencia africana”.
Asimismo, comparó la política exterior uruguaya con la de los demás países latinoamericanos que, de acuerdo con lo que contó, abordan el tema de una forma diferente. Citó el caso de Ecuador y Bolivia, que han comenzado a “descubrir el continente” y a “buscar aproximaciones desde todo punto de vista”. No solo comerciales, sino también al nivel de la cooperación técnica y del diálogo político.
Igualmente, reconoció que, desde el gobierno del Frente Amplio se comenzó “a tener una mirada política sobre África”, aunque la describió como “muy tímida”.
África: un continente ignorado
A pesar de tener más de mil millones de habitantes, África “sigue siendo un continente desconocido”, tanto en el ámbito privado, como desde la política exterior uruguaya. “Se escribe y se difunde muy poco, en nuestro país, sobre lo que pasa allí”, añadió.
Espinosa presentó un ejemplo de cómo Uruguay “ha ignorado y le ha dado la espalda a África”. En muchos países de África no hay embajadores residentes, sino que un embajador instalado en otro país, cubre las relaciones como “embajador concurrente”.
Hasta el día de hoy, Uruguay mantiene diversas embajadas concurrentes, desde las metrópolis coloniales. Mencionó el caso del embajador de Uruguay en Argelia, que es el embajador de Uruguay en París, lo cual, según el diplomático, representa “una ofensa para las autoridades argelinas”. En sus palabras, “todavía queda ese lastre del pasado que representa una falta de interés”.
Otro aspecto que destacó fue la falta de candidatos para servir en dicho continente. Además, contó que, durante tres años –que se desempeñó como embajador en diferentes países de África– estuvo solo. A su vez, Uruguay atendía cinco países y dos organismos internacionales –la Liga Árabe y la Unión Africana– con un solo embajador. Hecho que, para él, demuestra “una falta de responsabilidad muy grande” del servicio exterior. “Es un continente que merece mucho más respeto”, sentenció.
El futuro
¿Por qué hablar de África? “Porque la sumatoria de desdén, ignorancia y de esta desidia en el manejo de las relaciones con este continente, merece ser revertido”, aseguró Espinosa. “Uruguay tiene un interés muy importante en África y debería sacarle mejor partido”, ya que podrían abrirse nuevas oportunidades en el ámbito político, económico, comercial, y cultural.
El desafío más importante y el más difícil, según el ex embajador, está en incorporar al continente a la gobernanza global, ya que, actualmente, no participa en ninguna de las grandes decisiones que tratan de corregir los retos globales –el cambio climático o la explotación de recursos naturales, por poner un ejemplo–.
“África no tiene hoy, ninguna significancia en la gobernanza global”, manifestó. En palabras de Espinosa, los retos globales no podrán nunca ser resueltos sin la participación efectiva de dicho continente.