Entrevista al Dr. Alfonso Soria Mendoza, profesor visitante de la Licenciatura en Estudios Internacionales, Director de Europa de la cancillería de Colombia.
-¿En qué consiste su función en la cancillería colombiana?
-Yo estoy adscripto al Ministerio de Relaciones Exteriores, el cual está dividido en cuatro direcciones geográficas: África, Asia, Oceanía y Europa. Yo me encargo de la articulación de la política exterior de Colombia en Europa y en Eurasia, Asia central, dentro de la cual incluimos a Rusia, Turquía y todos los países de alrededor del Mar Caspio.
-¿Qué lineamientos manejan a nivel político en Europa y en Eurasia?
-Lo que nosotros hicimos con la llegada al gobierno del Presidente Santos fue darle un giro a nuestra política exterior y al imaginario que se tenía sobre Colombia en la Unión Europea. Nosotros teníamos una agenda bilateral parcializada sólo en tema de derechos humanos, narcotráfico y lucha contra el crimen organizado. Nosotros empezamos a trabajar sobre una agenda positiva, donde se notara el cambio que queríamos dar. Comenzamos a hablar más de inversiones, investigación, transferencia e innovación tecnológica. Cuando el Presidente Santos fue en 2011 en visita oficial a Alemania nuestros temas centrales fueron la ciencia y la innovación tecnológica. Nosotros pasamos de tener una relación de dependencia a ser buenos socios comerciales.
-Cambiando de tema, ¿cómo comenzó su vínculo con la facultad?
-Yo tengo un gran aprecio por el trabajo que hace la facultad sobre todo en lo respectivo a los estudios internacionales. Yo soy un negociador. Siempre he trabajado en temas de negociación internacional y para mí fue un gran honor cuando vieron mi currículum y me invitaron a hacer los talleres de comunicación y negociación. Luego me invitaron a realizar conferencias, la última fue sobre los desafíos de la política exterior europea, y estoy dando un seminario de introducción a la geopolítica de recursos minero-energéticos de Eurasia.
Para mí es muy importante el ejercicio académico. Mi formación es académica, yo vengo de la universidad. En Colombia tuve 10 años de experiencia de investigación en pregrado, postgrado y maestrías, siempre he pensado en la transversalidad de la investigación, y aquí en la Universidad ORT apoyan la iniciativa para que manejemos la transversalidad.
-¿A qué se refiere con transversalidad?
-Yo soy abogado trabajando en temas de relaciones internacionales, creo que los sociólogos deben trabajar en temas de relaciones internacionales, los estudiantes de relaciones internacionales, por supuesto, esto hace que tengamos una óptica transversal y una óptica plural de las realidades internacionales.
-¿Se refiere a que personas con distintas formaciones académicas aporten una visión diferentes para una formación, por ejemplo, en Estudios Internacionales?
-Claro. Hoy no se puede hablar, por citar un caso, de medio ambiente sin tener en cuenta la legislación al respecto, el tema migratorio, políticas públicas, urbanismo.
-Como profesor visitante, ¿qué conocimientos espera brindarle a los estudiantes?
-Antes que nada la apertura de espíritu. Aquí el verbo que vamos a utilizar es compartir. Compartir experiencias, visiones distintas y eso me permite a mí un crecimiento personal de ver cómo se está formando la juventud uruguaya, cuáles son los principales retos que tienen ellos. Yo vengo a aportar la experiencia desde un universo distinto.
-En la conferencia que ofreció en la facultad dijo que tras los atentados del 11 de setiembre de 2001 hubo un cambio en las relaciones diplomáticas con Medio Oriente, ¿considera que dichos ataques perjudicaron colateralmente a las personas de esa región?
-Antes que nada quiero contextualizar. En la Unión Europea, tras los atentados, surgió el planteamiento de la seguridad común. Hay un gran foco para analizar. En la cooperación con Medio Oriente se hablaba de crear democracias y respeto a los derechos humanos. Hoy no basta con eso, sino que hay que luchar contra el terrorismo. En esa década hubo una toma de conciencia a nivel internacional de la fragilidad que se tiene en los temas de terrorismo. Dejó de ser un problema focalizado en Medio Oriente y pasó a ser general.
En cuanto a política exterior se plantea el problema de la legitimidad. En Libia se apoyó a los grupos rebeldes, pero se considera que dicha política exterior fue un fracaso. Lo planteo como una realidad. No hay claridad en la comunidad internacional si el apoyo que se está dando a los grupos rebeldes pueda ser una solución a un conflicto determinado. Lo que ocurrió en Libia es un fraccionamiento del poder en grupos tribales.
-Pero en el caso libio, ¿qué otra cosa se podía hacer?
-Construir una sociedad, un estado, comportamientos democráticos, valores. No es algo que se pueda lograr a punta de decretos, de firmas, de órdenes. Las respuestas deben salir del mismo núcleo, del país. Hay que hacer un análisis sociológico, histórico, para la reconstrucción de los países. Hay que avanzar en la proyección de país. Nosotros muchas veces nos quedamos en los temas coyunturales y nos cuesta hacer una proyección. Se salió a apoyar apresuradamente a un grupo sin analizar de quién era el liderazgo y para qué. Hoy tampoco es tan claro en Siria.
-En la conferencia dijo que la eficacia de la intervención en Irak y en Afganistán está en cuestión, ¿qué conclusiones se pueden sacar 10 años después de las invasiones?
-Esto retoma la respuesta anterior, no se construyeron sociedades. No se construyó el concepto de paz partiendo de una realidad socio-antropológica. Hay estrategias para hacerlo, pero las invasiones militares nunca construyen sociedades. Ésta se hace tomando todos los tejidos de la sociedad, formando líderes y valores cívicos.