La Facultad de Administración y Ciencias Sociales de la Universidad ORT Uruguay recibió el martes 11 de junio de 2013 a líderes del sector Agronegocios para brindar la conferencia “Agronegocios y Mercado de Capitales: ¿Una convergencia natural?", exclusiva para alumnos y ex alumnos, que formó parte del Ciclo de Management y Negocios.
Las empresas del agro están complementando sus instrumentos clásicos de financiamiento de inversiones con herramientas propias de los mercados de capitales. Protagonistas y propulsores de este cambio expusieron sus experiencias en un auditorio lleno.
El Cr. Darío Andrioli, Socio Director de Carle & Androli, consultor y asesor de empresas de servicios industriales y agropecuarias, afirmó que las decisiones de financiamiento de los Agronegocios y las decisiones de inversión tienen como objetivo “maximizar el valor de la empresa”. Y es por esto que hay que hallar la forma más adecuada para obtener estas inversiones.
“Las tres decisiones financieras de inversión, financiamiento y dividendos están relacionadas siempre. Y en el caso de los Agronegocios, esta relación se ve incrementada por las características de la actividad y los riesgos asociados”, dijo. Andreoli afirmó que la política que Uruguay ha seguido en este sentido es la de Myers y Majluf: el Pecking Order (referido a la preferencia a la hora de usar los recursos financieros). “Primero las empresas se financian internamente, luego con deuda y finalmente con nuevo aporte de capital”, agregó.
El experto afirmó, luego de hacer un profundo análisis de la situación uruguaya desde la crisis del 2002, que el crédito al agro ha evolucionado en todos estos años de forma progresiva. “Crece a una tasa del 20% anual e incluso ha seguido creciendo”.
La situación actual del Mercado de Capitales preocupó a todos los expositores. Andreoli recordó que siempre se habló de la importancia de contar con un sólido mercado, pero “hoy por hoy hay media docena de acciones y otros 20 fideicomisos y obligaciones negociables”.
Casos
Romualdo Varela es desde hace seis meses el CEO de Union Agriculture Group (UAG), una de las mayores compañías agrícolas en el Uruguay, pero cuenta con una vasta experiencia en el Agro, que incluye once años de trabajo en Sudáfrica.
Varela contó que la empresa nació en 2008, con iniciativa del empresario Juan Sartori, como un emprendimiento de arándanos, pero creció de forma “dramáticamente rápida”. Ahora cuenta con cerca de 100.000 hectáreas, de las cuales 95% son propias y cotizan en la Bolsa de Valores de Montevideo.
El experto narró que la empresa tuvo dos etapas: una que hizo foco en el crecimiento y, la actual, con foco en la consolidación. “Es un comercio diversificado y en cada área intentamos incrementar la producción”, dijo.
Esta empresa, indicó Varela, se ha financiado con accionistas del exterior, a los que Sartori les presentó el proyecto. En Uruguay, opina, ya casi no existe la tradición de las acciones. “Se perdió la cultura de comprar acciones. Pero la apuesta de UAG es, sin prisas y sin pausas, tratar que eso se vaya dinamizando a través nuestro y quizá otros actores económicos”, dijo y agregó: “También darle a las AFAPs algún instrumento para que puedan invertir y también al ciudadano de a pie (…) Es una manera de democratizar el activo”.
El siguiente orador fue Francisco Bonino, director de Agroempresa Forestal- Bosques del Uruguay, al que definió como un “proyecto que abrió caminos porque fue el primero de su tipo” y que administra activos de inversores del exterior.
Agroempresa, contó, es un emprendimiento familiar que comenzó en el año 2000 en Uruguay y que en 2007 se expandió a Chile y en 2010 a Brasil.
Actualmente, señaló Bonino, Agroempresa Forestal cuenta con activos por unos 200 millones de dólares “y además vende insumos para los principales actores del sector forestal. También tiene un área de exportación de madera que es joven”. Se trata del “Primer Fideicomiso Financiero Forestal de Certificado de Participación (…) No había experiencias donde el inversor participara del fideicomiso con un final abierto”.
“Una de las cosas que nos preguntábamos era por qué si en el exterior creían en las cosas que se hacían en Uruguay, no lo podíamos hacer con fondos locales (…) Con esa lógica nos planteamos hacer un fondo en Uruguay”, dijo y agregó: “Cuando salimos con el fondo nuestro ya existían inversiones por cerca de 900 millones de dólares en Uruguay en el sector forestal. Había una masa crítica que creía en eso”.
En su emprendimiento siempre hubo un interés anunciado por las inversiones institucionales, como las AFAPs, aunque también tuvieron intenciones de abrirse a inversores más pequeños. Además, indicó, le ofrecen al inversor una estructura segura e inversión en tierras con menos carácter especulativo.
Bonino recuerda que la primer barrera que debió enfrentar fue la de un millón de “no se puede”, que sucede especialmente, dijo, con emprendimientos innovadores en el país. Luego debió “pelear” con trámites y el Banco Central. “Encontramos poco interés en los corredores de bolsa porque lo venden una vez y no lo mueven más”.
Finalmente, Martín Larzábal, Gerente de Inversiones de República AFAP, habló del “otro lado” y cómo decide una institución de este tipo en qué conviene invertir y en qué no. “En los últimos tres años los proyectos en el mundo de los Agronegocios han sido a los que más tiempo se han dedicado el equipo de análisis de nuestro departamento (…) Se debería dar una convergencia natural entre el campo y la bolsa”, aseguró.
Sin embargo, también habló con pesimismo sobre el mercado de capitales en Uruguay. “Cuando vamos a nuestra bolsa, no vemos que predomine ningún sector porque nuestro mercado de capitales casi no existe”, dice. “No hay una tradición de invertir en acciones pero tampoco hay una tradición de que las empresas se financien a través de emisión de acciones”, señaló Larzábal.
El experto explicó que el valor de la tierra nunca “perdió en términos reales” durante los últimos años. Por lo que lo transforma en un sector muy atractivo. En AFAP, sin embargo, 75% de los activos están invertidos en títulos públicos. “Introducir nuevos activos en la cartera aumentaría la eficiencia”, dijo.
“Si alguien quiere que una AFAP compre un título va a tener que tener oferta pública, va a tener que ser ofertado a todos los agentes de mercado, va a tener que cotizar en el mercado formal y va a tener que tener una calificación de riesgo que por lo menos tenga grado inversor”, aclaró.
En este sentido, cuenta Larzábal, la primera experiencia que tuvo República AFAP con los Agronegocios fue con Bosques del Uruguay. Actualmente, hay proyectos de renta con riego, renta con ganancia y productividad, dos proyectos forestales, un agrícola intensivo.
El encargado de abrir y cerrar la exposición fue Pablo Caputi, Catedrático de Agronegocios de Universidad ORT Uruguay, Doctor en Economía y Master en Economía Agrícola por la Universidad Federal de Río Grande del Sur.
Caputi dijo que los uruguayos son “de reacción lenta”. “Lo que define a toda la región es el agua. Somos la República Oriental del Uruguay. Nos definimos en relación a un río (…) La gente hace 400 años sabía que el agua hacía la diferencia. Nosotros con mucho talento nos damos cuenta que capaz que necesitamos un puerto. Somos de reacción un poco lenta”.
Esta actitud se aplica también para entender los Agronegocios. “Tenemos en la competencia a los títulos del Estado. Es difícil la competencia cuando uno compite contra el Estado. Y el Estado debería ser cauto”, puntualizó Caputi antes de dar paso a las preguntas.
Recordó que la universidad cuenta con formación en el área de Agronegocios, el llamado Programa de Dirección de Agronegocios, que comienza el viernes 14 de junio. En él se trata el tema de las decisiones financieras en empresas agropecuarias, Marketing estratégico y dirección comercial en Agronegocios, Gestión de cadenas agro-exportadoras, entre otros.