La importancia del conocimiento, de la habilidad y de la actitud. La responsabilidad necesaria para llevar adelante el desarrollo tecnológico. Y la ignorancia como la gran amenaza en el nuevo mundo.
Estos fueron algunos de los conceptos que se destacaron en la primera ceremonia de graduación anual de la Universidad ORT Uruguay, que se realizó el viernes 8 de junio de 2018, ante 2.000 personas, en el Auditorio Nacional del Sodre Dra. Adela Reta.
En el evento se distinguió a los graduados de las cuatro facultades de la universidad: Facultad de Administración y Ciencias Sociales, Facultad de Arquitectura, Facultad de Comunicación y Diseño, y Facultad de Ingeniería.
Al mismo tiempo, las autoridades de ORT hicieron entrega del Premio al Desempeño Académico a los graduados destacados por el cumplimiento de los principios institucionales, así como por su rendimiento curricular y altas calificaciones.
Conocimiento, habilidad, experiencia y actitud
El viernes anterior a la semana en que comenzaban las clases, María Lucía Regusci decidió inscribirse en la carrera de Contador Público de ORT. No sabía qué le esperaba, pero tenía una certeza: le atraía el abanico de roles que la profesión le ofrecía.
“Así fue el comienzo de estos años de carrera; años de mucho aprendizaje. No solo de conocimientos académicos sino que, en igual o mayor medida, de conocimiento de nosotros mismos y del mundo en que vivimos”, manifestó Regusci. La Contadora, ya recibida, habló en representación de los graduados de la Facultad de Administración y Ciencias Sociales.
Durante su discurso, incentivó a sus compañeros a generar un impacto positivo: “Tenemos todas las herramientas para convertirnos en excelentes profesionales y personas. Los universitarios somos, sin lugar a dudas, un grupo privilegiado y minoritario de nuestra sociedad, así que no dejemos que la vida simplemente nos pase por delante”.
Para finalizar, destacó que la clave está en la actitud. Recordó una charla TED que un profesor compartió en una clase, en el cual un consultor holandés planteaba la fórmula del valor de una persona. La determinaba como conocimiento más habilidad por conocimiento.
“El conocimiento suma, la habilidad y la experiencia suman, pero la actitud multiplica. El granito de arena que cada uno aporte al mundo va estar en nuestra actitud”, concluyó.
¿Volverían a elegir su carrera?
“Imaginen que les quitaran el título en este momento, ¿volverían a elegir su carrera?”, preguntó el Arquitecto Santiago Chaer, en nombre de los graduados de la Facultad de Arquitectura.
Él no dudó. Dijo que lo haría de nuevo, ya que la carrera no solo le dio las “herramientas para ejercer en el ámbito que más le gusta”, sino que lo ayudó a “descubrirse” y a “crecer como persona”.
“Elevó mi mirada y me permitió apreciar el entorno en el que vivimos. Me enseñó de historia, de progresos, de fracasos, y de la importancia de nuestro rol en la sociedad”, añadió.
Por esa razón, el arquitecto le propuso a los graduados “seguir creciendo, aprendiendo y persiguiendo aquello que realmente le gusta a cada uno”.
“Sigamos descubriéndonos día a día y ojalá que, al momento de preguntarse si volverían a elegir su carrera, luego de hacer este repaso, puedan responder que sí”, dijo.
“Las historias pueden cambiar el mundo”
El primer día de clases, Clara Ribeiro llegó tarde. En medio de la ansiedad y de la confusión, la ahora Licenciada en Comunicación Periodística terminó en una materia que ni siquiera formaba parte de su carrera. Durante la hora y media que estuvo en Historia de la Música –ya que le daba vergüenza pararse e irse–, no dejó de pensar que estaba en el lugar equivocado.
“Todos recorrimos caminos diferentes para llegar hasta acá, pero estoy segura que todos recordamos lo lejano que parecía cuando cruzamos por primera vez la puerta de la universidad”, indicó Ribeiro, quien dio el discurso por la Facultad de Comunicación y Diseño.
A lo largo de la licenciatura, aprendió sobre “periodistas que trabajaron día y noche por sacar a la luz hechos inimaginables, novelistas que revolucionaron la forma de hacer literatura, artistas que desafiaron todas las reglas para crear estilos completamente nuevos”.
“Estoy convencida de que las historias pueden cambiar el mundo, porque sin dudas cambiaron el mío”, aseguró. Por ello, dijo estar orgullosa del proceso vivido y por haberse cruzado con colegas y docentes que fueron “no solo compañía en el recorrido, sino también apoyo e inspiración”.
“Ahora sí, siento que estoy en el lugar correcto”, finalizó.
La responsabilidad de estar a un paso de la ciencia ficción
“¿Cuáles son los desafíos de la nueva era de la información y del conocimiento? ¿Cómo los profesionales nos paramos ante el aumento de las decisiones tomadas por inteligencias computacionales?”, se preguntó el Ingeniero en Sistemas Franz Mayr, quien dio el discurso en representación de los graduados de la Facultad de Ingeniería.
Las técnicas, las expectativas, los procesos y las empresas que había hace tan solo un par de años han cambiado. Y, de acuerdo a lo que expresó Mayr, en pocos años tendremos en nuestras manos “tecnologías sacadas de la ciencia ficción”.
Eso conlleva un conjunto de desafíos a enfrentar. “No me refiero a que sea algo malo en sí mismo o algo para temer, pero sí es una responsabilidad que debemos tener presente”, precisó el graduado.
En particular, subrayó que es fundamental comprender cómo las acciones de los ingenieros impactan a la comunidad desde el punto de vista tecnológico, ético y humano: “Cada avance tecnológico no debe ser tomado como inocuo y es nuestra responsabilidad velar por su impacto favorable en las personas y la sociedad”.
“ORT siempre será su casa”
“En este nuevo mundo, las amenazas no son el libre comercio o los robots, sino la ignorancia”, aseguró el Dr. Jorge Grünberg, rector de la Universidad ORT Uruguay, quien recalcó la importancia de aprender a aprender ya que “los conocimientos serán cada vez más efímeros”.
En el discurso que brindó en la ceremonia de graduación afirmó que “no debe haber vanidad en el conocimiento”, pero tampoco “orgullo de la ignorancia”: “Una sociedad sin destacados no puede progresar”.
El rector les recomendó a los graduados “no temer a sus ambiciones”. “Sean exigentes con ustedes mismos porque es un prerrequisito para poder exigir a los demás. Siempre estén dispuestos a cambiar; elijan desafíos grandes que los obliguen a crecer y no le teman a los errores. No hay riesgo sin error, pero no hay progreso sin riesgo”, agregó.
Tiempo atrás, en una conferencia en el exterior, a Grünberg le recomendaron “mirar hacia el futuro como si no tuviera ninguna duda”. Sin embargo, confesó que “tiene muchas dudas”. Pero, a su entender, ese es el motor para las mejoras.
La universidad ha cambiado mucho en sus primeros 75 años de vida. Por ejemplo, no existían las universidades privadas, las carreras de diseño ni de videojuegos, la informática era una “industria embrionaria”, y exportar software era “inconcebible”.
No obstante, la misión de la universidad ha permanecido estable: apoyar al desarrollo del país a través de la educación. “Esperamos haber cumplido”.
A su vez, manifestó que “Uruguay no es un país grande, pero es un gran país”: “Ustedes tienen la oportunidad y la responsabilidad de hacerlo aún más grande. Uruguay los necesita. Triunfen desde Uruguay y hagan triunfar a su país”.
“Busquen su propio camino, pero sepan que ORT siempre será su casa”, concluyó.