¿Cuáles son las consecuencias geopolíticas de la 4.a Revolución Industrial, en particular en el este de Asia? ¿Cómo es la relación de Corea del Sur con Latinoamérica? ¿Qué desafíos presenta el siglo XXI para estas regiones?
Renato Balderrama desarrolló estas interrogantes en la conferencia “El impacto de la 4.a Revolución Industrial en la geopolítica del siglo XXI”.
Se realizó el martes 5 de setiembre de 2017, en el auditorio del Campus Pocitos. La actividad fue organizada por la Embajada de la República de Corea en Uruguay y por el Departamento de Estudios Internacionales de la Facultad de Administración y Ciencias Sociales de la Universidad ORT Uruguay.
Balderrama es director del Centro de Estudios Asiáticos, suscrito a la Secretaría de Relaciones Internacionales de la Universidad Autónoma de Nuevo León. También director del Korea Foundation Global e-School Program para América Latina.
La 4.a Revolución Industrial
“La 3.a Revolución Industrial nos alejó mucho de Asia. Empezamos tarde, pero la 4.a nos pone muy cerca si hacemos las cosas bien y ahora”, aseguró Balderrama.
La 1.a Revolución Industrial se diferenció por la máquina a vapor, la 2.a por la producción en masa y la electricidad, mientras que la 3.a por los sistemas de información e internet.
La 4.a es la de los sistemas ciber-físicos. Se caracteriza por la fusión de tecnología, que borra las líneas entre lo biológico, lo físico y lo digital.
Para el orador, analizar dicha revolución “es vital”, a pesar de que es una variable que los politólogos no suelen tomar en cuenta: “Estudiar el globo terráqueo hoy pasa sí o sí por la 4.a Revolución Industrial”.
China: un país que hay que mirar
“El actor más importante hoy, para todos, se llama China”, afirmó Balderrama. Sin embargo, recalcó que en la región se conoce “poco” de Asia y lo que se sabe viene cargado de “estereotipos y estigmas”.
El experto manifestó que, quienes se han dedicado a estudiar el país en las últimas décadas, se han quedado con la idea de la China de Huawei o de Lenovo: empresas privadas pero que, con un gran respaldo del Estado, tuvieron un enorme crecimiento.
“Hoy, en la 4.a Revolución, se ha generado un ecosistema de emprendimiento al estilo americano pero mucho más agresivo”, precisó el conferencista. A su juicio, incluso, está amenazando a Estados Unidos.
Balderrama señaló que hay una paradoja que no se entiende en occidente: cómo en un país comunista como China hay una cultura de emprededurismo más sólida que en Corea, una democracia fuerte.
El desafío de Corea
Samsung representa el 25 % del Producto Nacional Bruto de Corea, la 11.a economía mundial. Unos 10 conglomerados suman el 80 % de la economía del país. En palabras de Balderrama, el país “depende de la innovación”: “Si los conglomerados no generan cambios tecnológicos, Corea va a quedar atrapada”.
En palabras del conferencista, cuando los jóvenes se gradúan tienen el objetivo de conseguir trabajo en grandes compañías. No valoran las carreras técnicas –que permitirían crear empresas con una base tecnológica– y no hay una cultura de emprendimiento.
Balderrama hizo hincapié en que si Corea quiere prevalecer “tiene que estar dispuesto a los nuevos cambios tecnológicos”: “Mientras más rápido las compañías surcoreanas se adapten, más fácil será la posibilidad de sobrevivir”.
Destacó que la “innovación por sí sola no es suficiente para enfrentar los retos de la 4.a Revolución Industrial”. Se necesitan estímulos para las pequeñas y medianas empresas.
Igualmente, detalló que el país tiene “todas las capacidades tecnológicas y recursos humanos” para lograrlo.
¿Qué pasa en Latinoamérica?
A pesar de que, según lo que indicó Balderrama, México es una potencia en cuanto a la producción de palta, en China solo se pueden encontrar tres variedades. En cambio, en los supermercados latinoamericanos hay miles de marcas chinas.
Lleva casi dos décadas impulsando las relaciones comerciales y diplomáticas entre América Latina y el este de Asia –principalmente China, Japón y Corea– y, según el experto, es una situación que no va a cambiar.
“Hoy en América Latina seguimos discutiendo y pensando cómo acercarnos para exportar soja, tequila y carne a aquellos países”. Para Balderrama esto representa un problema, ya que aproximadamente el 80 % son productos con poco valor agregado.
Sin embargo, señaló que los suizos no están viendo cómo exportar leche o queso, sino que están atentos a cómo pueden realizar una patente o una revolución tecnológica y convertirse en empresarios globales.
“Me da mucha tristeza ver a franceses, suizos, alemanes y estadounidenses aprovechando lo que China ha creado y que no haya ningún latinoamericano”, dijo y agregó que, muchas veces, no hay consciencia de que se pueden aprovechar los recursos que ese país tiene.
El futuro para la región
Para Balderrama, el principal problema de América Latina no son solo los gobiernos, sino también los empresarios. Quienes dominan la economía se encuentran en una zona de confort.
Es fundamental, agregó el conferencista, tener “un proyecto nacional donde entren todos los actores y tengan un fin en común”. También recomendó fortalecer las estrategias internas de las universidades en cuanto a emprendedurismo e innovación.
El orador indicó que la región no alcanzó la 3.a Revolución y que, en la actualidad, es necesario discutir qué políticas públicas se deben incentivar para aprovechar la nueva ola de desarrollo.
“¿Vamos tarde?”, se preguntó y respondió: “No. Vamos tardísimo”. Para lograrlo se requiere de “voluntad y estrategia”. “Si queremos sobrevivir, tenemos que hacer algo”.