https://youtu.be/OX9Ro-heY_0
El evento “Uruguay en el comercio global”, que tuvo lugar el 10 de abril en el Auditorio del Campus Pocitos, reunió a estudiantes de la Licenciatura en Estudios Internacionales y profesionales del área de negocios internacionales con el objetivo de reflexionar sobre el presente y futuro del sector exportador, las nuevas dinámicas internacionales y el potencial de Uruguay en un contexto global cada vez más incierto.
El motor exportador: una oportunidad en expansión
“Uruguay exporta cerca del 30 % de su Producto Bruto Interno”, señaló la experta. Las exportaciones son uno de los pilares fundamentales del crecimiento económico. En los últimos años, la matriz exportadora se ha diversificado con la incorporación de productos como la celulosa y un notable desarrollo en servicios tecnológicos y logísticos, además del turismo.
El desafío radica en mejorar los sistemas de registro —como lo hará la facturación electrónica universal desde 2025— para reflejar con mayor precisión el verdadero aporte de esta área clave.
Diversificación y transformación: ¿qué exportamos hoy?
La matriz exportadora de Uruguay se encuentra en un proceso de crecimiento, en donde algunos sectores tienen mayor presencia y surgen nuevos sectores exportadores.
Hace dos décadas, el país exportaba principalmente lana, cuero y productos pesqueros. Hoy, esos sectores han perdido participación, mientras otros como la soja y la celulosa han ganado terreno. Este cambio no es casual: responde tanto a condiciones de competitividad global como a políticas públicas estratégicas.
En cuanto a destinos, el Mercosur pasó de representar el 42 % de las exportaciones a comienzos del siglo XXI a un 25 % en la actualidad, con una caída particularmente marcada en Argentina. En contrapartida, China creció de un 5 % en 2001 a un 24 %, consolidándose como un socio comercial crucial.
El impacto global: incertidumbre, aranceles y nuevas reglas
La coyuntura internacional actual impone importantes desafíos. Las tensiones comerciales, especialmente desde Estados Unidos, han generado un clima de incertidumbre, con aranceles volátiles y negociaciones que afectan las decisiones de inversión y comercio en tiempo real.
Esto tiene consecuencias directas sobre Uruguay, cuya economía es altamente dependiente del contexto externo. Sin el “viento de cola” que significaron los años de auge de los commodities, el crecimiento requiere ahora estrategias internas sostenidas, especialmente en innovación y competitividad.
¿Qué necesita Uruguay para crecer?
Porteiro afirmó que es fundamental para el país fortalecer la inversión, diversificar la producción y aumentar la competitividad.
Una clave está en los costos: desde las tarifas públicas hasta los costos logísticos y de conectividad, que en muchos casos son hasta 10 veces más altos que en países vecinos. Esto condiciona la llegada de productos a destinos lejanos y limita la expansión comercial.
Uno de los ejes centrales de la conferencia fue el rol transformador de la sostenibilidad y la innovación tecnológica. En un mundo donde los cambios son vertiginosos, la capacidad de adaptación es decisiva. Uruguay tiene potencial para ser exportador de innovación, pero necesita mejorar su capacidad de absorción tecnológica.
En un contexto global complejo, Uruguay tiene frente a sí la posibilidad de reinventarse como un país pequeño con gran capacidad de acción, si logra articular saberes, recursos y voluntad política. El camino hacia un crecimiento sostenible y competitivo pasa, sin duda, por el compromiso de todos los actores: empresas, academia, gobierno y ciudadanía.
Porteiro cerró su intervención apelando a los estudiantes y jóvenes profesionales: “El futuro está en nuestras manos. La educación es más que un grado: es la llave para trascender fronteras, conectar con el mundo y aportar al desarrollo del país”.