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“El principal desafío es lograr que los docentes rompan con el paradigma de que lo divertido es poco serio”

11/07/2018
La investigación "Millennials en la educación superior, motivaciones e involucramiento en actividades de enseñanza - aprendizaje" se presentó en el XV Foro Internacional sobre Evaluación de la Calidad de la Investigación y la Educación Superior.
Investigación "Millennials en la educación superior, motivaciones e involucramiento en actividades de enseñanza - aprendizaje"

Aprender haciendo, tocando y errando, como en los videojuegos. Asociar elementos nuevos con otros ya conocidos. Usar ejemplos de la realidad. Tener en cuenta en el aprendizaje las emociones y el valor de la diversión. Esos son aspectos fundamentales para motivar a los millennials (los nacidos entre 1980 y el 2000) en el estudio, según "Millennials en la educación superior, motivaciones e involucramiento en actividades de enseñanza - aprendizaje", una investigación cualitativa realizada en 2017 a partir del testimonio de estudiantes de Universidad ORT Uruguay.

Motivados por la inquietud de conectarse mejor con los nuevos estudiantes, el equipo integrado por el Dr. Gustavo Rubinsztejn, coordinador académico de Marketing de la Facultad de Administración y Ciencias Sociales; la Dra. Ximena Fernández, coordinadora académica de los postgrados en Recursos Humanos y la Lic. Dinorah Margounato, coordinadora académica adjunta de Marketing, realizó en 2017 esta investigación y la propuso para presentar en el XV Foro Internacional sobre Evaluación de la Calidad de la Investigación y la Educación Superior.

Dicha propuesta fue seleccionada por el comité científico organizador bajo el nombre "Los millennials como coproductores de la calidad universitaria: sus motivaciones para participar activamente en el proceso de enseñanza-aprendizaje” y fue presentada el 10 de mayo de 2018 en Santander, España.

Los investigadores fueron acompañados por el Dr. Joel Saegert, profesor emérito de marketing en The University of Texas at San Antonio. Saegert dirige el Carolan Research Institute, que financió esta investigación y que busca seguir con las investigaciones de la Dra. Geraldine Fennell. El modelo de Fennell identifica clases de motivaciones que una persona puede tener al realizar determinada actividad (generalmente asociada a un consumo).

Lo que solían hacer ya no funciona

La investigación elaborada por Rubinsztejn, Fernández y Margounato tuvo como objetivo contribuir a mejorar la calidad de la enseñanza universitaria. “Sentimos que los estudiantes son diferentes. Los profesores dicen que lo que solían hacer ya no está funcionando”, señaló Rubinsztejn y agregó: “Hay que entender qué quieren los chicos para realizar las actividades correctas”.

Concentraron la investigación en estudiantes de entre 18 y 21 años, que están realizando entre el segundo y el cuarto semestre de las carreras Contador Público, Licenciatura en Gerencia y Administración e Ingeniería en Sistemas. Para esto, hicieron entrevistas en profundidad, grupos focales y revisaron la literatura al respecto.

Los estudiantes de distintas carreras se involucran de forma diferente. El estudio señala que los de la Facultad de Administración y Ciencias Sociales, en especial de Contador Público, valoran los mecanismos regulatorios del aprendizaje (pruebas, controles, evaluaciones) que los ayudan a llevar el curso al día. En cambio, en Ingeniería en Sistemas se encontró una mayor autorregulación del aprendizaje.

Estudiantes más activos

Según la investigación, el rol de los estudiantes es cada vez más activo. Quieren ser protagonistas. El viejo modelo, con el docente como dueño del conocimiento, cayó. “El conocimiento está disponible en internet”, manifestó Margounato.

Los estudiantes valoran sentir que hay un diferencial en ir a clase, que no es lo mismo que escuchar una grabación. Explicó Margounato: “Fueron hasta la facultad, esperan que se reconozca ese esfuerzo y tengan un lugar donde opinar sin ser desacreditados”. Lo no interactivo debe ser a demanda, no presencial.

En general, los estudiantes valoran poco escuchar presentaciones. Prefieren trabajar con consignas teóricas orientadas a la acción. La clase se convierte en un lugar de aprendizaje vivencial. Quieren experimentar y que los contenidos sean relevantes para el contexto.

Sigue siendo muy importante el docente, pero su rol cambió. A su vez, también es importante la interacción con el grupo.

Diversión con sentido

En clase, los estudiantes buscan la diversión con sentido. Quieren entretenerse mientras aprenden. No pretenden escuchar a alguien que solo los divierta, sino que les gusta participar y aprender a través de juegos, competencias y debates. El principal desafío es lograr que los docentes rompan con el paradigma de que lo divertido es poco serio.

Con respecto a la incorporación de la tecnología, Margounato señaló: “Podemos competir contra los celulares o tomarlos como nuestros aliados en clase”.

En cuanto al trabajo, ya no todos se proyectan haciendo carrera dentro de una empresa. Existe una tendencia a preferir trabajar freelance. “Hay una brecha generacional. Las dinámicas sociales relativas a la familia, el trabajo, la educación han cambiado”, dijo Fernández y agregó: “Hay autores que dicen que los estudiantes son neurológicamente distintos, que procesan el tiempo y espacio en forma diferente a otras generaciones”.

Galería de imágenes:

XV Foro Internacional sobre Evaluación de la Calidad de la Investigación y la Educación Superior

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