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Estar o hacer historia

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Hernán Bonilla
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El Banco Central del Uruguay divulgó recientemente los datos sobre la evolución del Producto Interno Bruto (PIB) correspondien-tes al segundo trimestre del año en curso, que estuvie- ron dentro de lo esperable. El dato interanual de crecimiento fue de 2,8% mientras que se registró una caída de 0,8% respecto al trimestre ante- rior en términos desestacionalizados.

El análisis por actividad mostró (respecto al trimestre anterior) a las actividades primarias estancadas (incremento de 0,2%), una caída de la industria manufacturera de 5,7% influida como siempre por el funcionamiento de Ancap; al rubro electricidad, agua y gas estancado (disminuyó 0,1%); una baja del 8,1% en la construcción; un crecimiento de 1,5% en transporte, almacenamiento y comunicaciones y una merma del 0,6% para comercio, reparaciones, restaurantes y hoteles.

Es interesante notar, en la comparación interanual, el crecimiento del consumo privado de 4,4%, de las expor- taciones 9,3% y una importante caída de la inversión (formación bruta de capital fijo) de 19,1%.

Los nuevos datos conocidos confirman nuestra proyección anterior de crecimiento del PIB de 3,2% para 2017.

Es probable también, con la información conocida hasta hoy, que el año próximo nuestra economía siga creciendo, aunque a una tasa algo menor. La buena noticia, por tanto, es que se confirma que la economía crecerá este año a una tasa que seguramente será mayor al 3%, pero al analizar los fundamentos de este crecimiento se explican algunos de los desafíos que vuelven más incierto el futuro.

El crecimiento se basa en el aumento del consumo y de las exportaciones, en un contexto en que la economía internacional volvió a jugar a favor de nuestro país. Son preocupantes, sin embargo, la caída de la inversión y las dificultades que enfrentaremos para mantener el crecimiento a largo plazo. Y como escribió el economista norteamericano Henry Hazlitt, el trabajo del buen economista es pensar en el largo plazo y no en el corto, en todos los sectores y no en uno solo y en todas las consecuencias, directas e indirectas y no solo en lo inmediatamente visible.

En este sentido los desafíos del largo plazo nos siguen interpelando. Los últimos años parecen darle la razón a la implacable sentencia de Methol Ferré de que Uruguay está en la historia, pero no hace historia.

La pasividad en materia de políticas públicas, educación, infraestructura, inserción internacional, manejo fiscal, entre otros, es pasmosa y pone un signo de interrogación hacia el futuro.

Es bueno que la economía vaya a crecer este año, pero no es una cifra para festejar y seguir durmiendo la siesta. Los grandes temas que hacen a la sustentabilidad del crecimiento en el largo plazo se convertirán más temprano que tarde en un cuello de botella, que no se superará con crecimiento del consumo impulsado por una economía internacional favorable. Las señales mixtas que sigue mostrando la economía hoy, no ya en el futuro, llaman a la acción y al despertar de un nuevo impulso reformista que nos permita avizorar un mañana mejor.

Para eso, volviendo a la frase de Methol, es necesario convencerse de que llegó el momento de hacer historia.

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