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“Salir de la zona de confort”

23/10/2013
Conferencia “Lenguaje, Emociones y Corporalidad: la tríada del nuevo liderazgo”, por el Ing. Pablo Heinig.
Heinig en el Ciclo de Charlas de Management y Negocios

El mundo cambia y con él las necesidades de las organizaciones. La antigua forma de liderar equipos quedó obsoleta con las nuevas demandas de las personas. Hoy se necesitan líderes que no sólo se conozcan a sí mismos, sino que trabajen en quién quieren ser.

En este sentido, el jueves 17 de octubre de 2013, en el marco del Ciclo de Charlas de Management y Negocios de la Escuela de Postgrados y Ejecutivos, tuvo lugar en la Facultad de Administración y Ciencias Sociales la conferencia “Lenguaje, Emociones y Corporalidad: la tríada del nuevo liderazgo”, a cargo del Ing. Pablo Heinig, Profesor de ESADE Business School (Barcelona) y del Program for Management Development de la Universidad ORT Uruguay. Heinig expuso sobre las nuevas competencias donde la espontaneidad y la intuición -ahora basadas en la neurociencia- juegan un papel importante. El estrés, el autoconocimiento, la autocreación, el lenguaje, la emocionalidad y la corporalidad fueron algunos de los aspectos tratados por el docente.

Heinig realizó un preámbulo para ayudar a los presentes, un auditorio repleto, a controlar las voces interiores que obstaculizan el aprendizaje. La primer voz que hay que dominar, dijo, es la del “esto ya me lo sé”. Con esta frase las personas cierran la puerta a que algo se modifique en su interior. “Forzás a que lo nuevo entre en los parámetros de lo que vos ya conocés”. Otra de las voces a controlar es: “¿Por qué vine yo y no mi jefe?”. Y la respuesta de Heinig fue concreta: “No hay forma de que el mundo cambie si vos no cambiás”.

Otra voz es la del “edutainment”: el requisito de que las cosas sean rápidas, fáciles y divertidas. Y, en general, el conocimiento y el aprendizaje exigen esfuerzo. El docente explicó que hay que “salir de la zona de confort” para adquirir nuevos conocimientos. Esta viene de la mano de la “incomodidad del aprendizaje”, cuando algo se está modificando, es incómodo.

El “ya lo intenté” es otra de las voces que bloquean el aprendizaje, ciñendo la posibilidad de un nuevo intento, al igual que el “¿para qué sirve esto?”, que implica la capacidad de abstracción.

Estrés

Heinig habló luego del estrés, al que definió como “el conjunto de emociones negativas que siento cuando la situación que enfrento me demanda competencias y recursos que no tengo”.

“El estrés es buenísimo. Venimos con ese mecanismo diseñado de fábrica”, señaló. El problema, aclaró, es que hoy en día el estrés no baja y se convierte en distrés, que sí es malo. Por ejemplo, afecta a la salud y quien lo padece se inmunodeprime.

Heinig recordó que las personas van por la vida obteniendo resultados en un entorno determinado. Y esos resultados son consecuencias de las acciones, aunque no siempre son los que desean. “Para cambiar el resultado tenés que cambiar las acciones”, dijo.

Sin embargo, aclaró Heinig, no se puede esperar que las cosas cambien por casualidad. “Si vamos a andar por la vida esperando que nos caiga la ficha por casualidad, estamos fritos. Porque en la vida hay poco tiempo”.

Neurociencia

Heinig habló también de los avances de la neurociencia y de cómo estos modificaron muchas creencias. Una de ellas era la de que las neuronas no se reproducían. La realidad es que sí lo hacen, pero no todas. La neuroplasticidad se mantiene hasta último momento y lo más importante es que te “diseñás a vos mismo a través del lenguaje, la emocionalidad o la corporalidad”.

El lenguaje, por ejemplo, genera y describe realidades. La declaración de independencia de Estados Unidos, por ejemplo, “configuró el mapamundi que conocemos hoy. Y fueron palabras”.

Las palabras “generan y construyen relaciones”. Heinig reprodujo en la conferencia un video de un grupo de personas agradeciendo a sus profesores por ayudarlos a ser como son.

“Hay actos lingüísticos que describen la realidad, las llamadas afirmaciones, y hay actos que la modifican, las declaraciones”. El “sí”, por ejemplo, modifica al mundo, con él aceptamos otras realidades. Y la declaración de ignorancia te abre puertas al aprendizaje.

Por otro lado, explicó, todas las personas están constituidas por emociones. “Vivimos con emociones, las tenemos en todo momento. Son el motor de las decisiones”.  Es el residuo de animalidad de las especies y, además, son contagiosas y se aprenden. Yaclaró que incluso las emociones negativas cumplen una función y que solamente cuando están corridas de la realidad son perjudiciales.

Heinig planteó la importancia de la corporalidad. Dijo a los presentes que cuando aceptaron a participar de la conferencia se convirtieron en socios porque la corporalidad impacta en el expositor y el resto de los asistentes. Al respecto, mostró un video de un programa televisivo en el que uno de los participantes no paró de reír, contagiando a sus compañeros de programa e incluso a quienes miraban el video.

Heinig comentó que mostró ese mismo video a un grupo de ejecutivos muy acartonados que, al momento de reírse, se tapaban la boca y casi pedían disculpas. “Andamos por la vida con una cara de traste espantosa pero orgullosos. Y cuando se nos escapa una buena emocionalidad pedimos disculpas”, explicó y alentó a los presentes a que no hagan eso.

Por último, Gustavo Rossel, MBA 2001 y Director de Invenzis, inició la ronda de preguntas consultando a Heinig sobre la aplicación de estos conceptos cuando las relaciones laborales son a distancia, con idiomas y culturas diferentes. A lo que Heinig respondió que era necesario, para reducir la distancia, personalizar la comunicación con herramientas como Skype o reflejando las emociones en los mails.

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